EL MUNDO
Abran paso que viene W. y con el respaldo de la ONU
El Consejo de Seguridad se aprestaba a votar la propuesta de EE.UU. sobre Irak.
Por Isabel Piquer *
Desde Nueva York
Estados Unidos esperaba anoche obtener el respaldo del Consejo de Seguridad a su propuesta de resolución sobre Irak, pro su esperanza se vio postrgada por una demanda del embajador rus Sergei Lavrov para que vote hoy, después que su presdnte, Vladimir Putin, el franc[es Jacques Chirac y el canciller alem[an Gerhard Schroeder tuvieran oportunidad de conevrsar por teleconferencia. Washington contaba, en principio, con los nueve votos necesarios a la aprobación del texto, pero, en una pulseada diplomática de última hora, intentó conseguir el apoyo de países clave, esencialmente Rusia y China, que hasta ahora se habían resistido a otorgarle plenos poderes en Bagdad. Alemania y Francia mantanían parte de sus reservas. La gran perdedora de estas seis semanas de intenso debate es, sin duda, la ONU, que se queda al margen del proceso de reconstrucción iraquí.
El suspenso duró hasta el último minuto. EE.UU., que convocó ayer a una votación para las cinco de la tarde de Nueva York, parecía disponer de los nueve votos necesarios para pasar el texto. Consciente, sin embargo, de que un aprobado raspado no constituiría una auténtica victoria, desplegó todo el peso de su diplomacia para conseguir un mayor respaldo en el Consejo, y llamó a una nueva votación para las 7. Estaban en juego el apoyo de Francia, Alemania y Rusia, que el martes presentaron, con el visto bueno de China, una serie de enmiendas a la resolución estadounidense. Tras seis semanas de negociaciones, la recta final fue maratónica. En una sesión que se prolongó hasta tarde en la noche del martes, EE.UU. propuso un cuarto borrador que incluía algunos de los cambios propuestos aquella misma mañana. Las enmiendas se centraban sobre todo en garantizar que las fuerzas de ocupación abandonarían Irak tras la elección de un gobierno representativo en Bagdad. “Hemos hecho todo lo posible por incluir los puntos de vista de todas las delegaciones”, dijo el embajador estadounidense, John Negroponte, para añadir: “Queremos que el proceso político avance lo más rápidamente posible”.
Rusia era la pieza clave del rompecabezas diplomático. Washington, al aceptar los puntos propuestos por Moscú y rechazar los de París, notablemente los que pedían un calendario más explícito para el traspaso de poderes, esperaba que el gobierno de Vladimir Putin dejara en evidencia a sus aliados y se decantara a favor del texto estadounidense, brindando de paso el apoyo de China. Ni Francia ni Alemania, que rehusaron pronunciarse antes de la votación, parecían muy satisfechos con la última propuesta. “Si Rusia pudiera separarse ahora de Francia y Alemania, lo haría. Pero están en juego otras alianzas”, dijo un diplomático de la ONU.
“La esperanza es lo último que se pierde”, declaró el embajador ruso ante Naciones Unidas, Sergei Lavrov. En principio, EE.UU. esperaba obtener el apoyo de nueve miembros del Consejo; además de los otros copatrocinadores (Reino Unido, España y Camerún), el de Bulgaria, México, Chile, Angola y Guinea. Pakistán no tenía muy clara su postura y Siria parecía decantarse hacia la abstención o el voto en contra. “Parece que EE.UU. se prepara para un voto dividido, con nueve países a favor y probablemente de cinco a seis abstenciones”, pronosticó el embajador de México, Adolfo Aguilar Zinser.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.