Con un anuncio evidentemente planificado para desactivar las protestas en Baltimore, la fiscal del estado en Baltimore presentó en público graves cargos contra seis policías por la muerte de Freddie Gray. La fiscal Marilyn J. Mosby sorprendió a todos al esperar menos de 24 horas después del laudo médico para considerar formalmente la muerte de Gray como un homicidio y presentar cargos de asesinato simple y asesinato involuntario contra los seis policías que lo detuvieron, lo transportaron en un celular y no pidieron atención médica cuando perdió el conocimiento. Mosby hizo estas acusaciones y leyó una dura descripción de los hechos en público, hablando desde la escalinata de la fiscalía. De hecho, varios manifestantes que protestaban se acercaron a escuchar y terminaron aplaudiendo las acusaciones.

Baltimore vivió una semana de disturbios, saqueos, incendios y enfrentamientos con la policía, y está ahora bajo toque de queda y con patrullas militares de la Guardia Nacional. Todo comenzó tras el entierro de Gray, un afroamericano que el 12 de abril fue interrogado, palpado y detenido por la policía cuando le encontraron una pequeña navaja. Según el descargo de los agentes que lo detuvieron, era una navaja de resortes y por tanto un arma prohibida. Gray fue esposado y puesto en un camión celular, pero nadie lo sentó ni le puso un cinturón de seguridad, como manda la ley. El viaje se fue alargando y es evidente que nadie tomó precauciones con el preso, que se golpeó seriamente. Para cuando llegaron finalmente a la comisaría, tras varias paradas y desvíos, Gray estaba inconsciente. Murió una semana después por la lesiones recibidas en el cuello.

Mosby, que tiene 35 años y apenas cuatro meses en el puesto, fue tajante al definir lo ocurrido. “El señor Gray sufrió una lesión severa y mortal por estar esposado y con los pies encadenados pero sin cinturón de seguridad dentro de un celular policial”, dijo con voz dura. La fiscal explicó que el detenido fue tirado boca abajo en el piso de metal del camión con las manos sujetas a la espalda, que así se golpeó la cara y que los policías, pese a que hicieron varias paradas, nunca lo pusieron en una posición segura, con el cinturón puesto en alguno de los bancos. El policía que conducía el celular, Caesar Goodson, fue acusado de asesinato simple como principal sospechoso por el maltrato a Gray. Los otros cinco agentes, incluyendo una sargento, vieron al detenido lesionado y en mala posición, escucharon que les pedía un médico, pero no hicieron nada.

Pero los cargos de Mosby van más allá y cuestionan el mismo arresto de Gray. Según la fiscal, “los policías no pudieron justificar la detención del señor Gray, ya que no había ningún crimen”. De hecho, explicó Mosby, “el cuchillo que llevaba el detenido no era una navaja automática, era una pequeña navaja común y eso es legal en Maryland”.

El sindicato policial, la Fraterna Orden de Policías, rechazó las acusaciones, dijo que los agentes habían actuado bien y exigió que Mosby se excusara en la causa por razones políticas. El cargo de fiscal del estado en Maryland es electivo y Mosby fue electa este año con una plataforma progresista y con apoyo de varios grupos de derechos humanos contrarios a la brutalidad policial. Su marido fue electo concejal de Baltimore con la misma plataforma. La fiscal rechazó de plano la posibilidad de excusarse en el caso. Muchos de los que la apoyaron saludaron su actitud y resaltaron que es “muy raro” que la Justicia se fije en por qué los policías arrestan a vecinos negros.