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Decenas de miles de personas marcharon ayer por varias ciudades de Italia para rechazar el proyecto de reforma del sistema previsional, en la tercera huelga general contra el gobierno derechista de Silvio Berlusconi. La medida de fuerza fue convocada en conjunto por las tres grandes centrales sindicales italianas, las CGIL (izquierda), CISL (católica) e incluso la UIL (la más moderada), que cuentan con más de 11 millones de afiliados. El presidente de la Cofindustria italiana (que reúne a las patronales), Antonio D’Amato, dijo que la adhesión a la huelga no superaba el 30 por ciento. Estos datos fueron rechazados por los sindicatos. “El país está parado, y la adhesión llegó al 100 por ciento”, dijeron los organizadores de la huelga. El paro comenzó a las 12 hora local por cuatro horas y alcanzó a los transportes, la industria, los organismos estatales y el comercio, que también adhiere a la protesta contra la nueva ley, que lleva de 60 a 65 años la edad jubilatoria, a partir de 2008, y aumenta de 35 a 40 años el período de aportes a las cajas previsionales. Decenas de miles de personas se movilizaron en las principales ciudades italianas y, en ese sentido, fuentes gremiales dijeron que 200.000 personas marcharon en Milán, 70.000 en Turín y 70.000 en Boloña.