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El renunciado ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis (foto), reiteró ayer su alegato público por la unidad y el mutuo respeto en el gobernante partido Syriza, alejándose del cisma que parece amenazarlo después de la rendición ante lo que había llamado la “Endemoniada Coalición del Poder Internacional” en Bruselas. En un artículo donde expone por qué votó negativamente en la sesión parlamentaria sobre el ajuste de la semana pasada y positivamente en la de esta semana, Varoufakis citó, para exponer su posición, otro texto publicado por el mismo portal, The Press Project, donde figura su argumentación. “Sabíamos desde el principio cuán despiadados serían los prestamistas”, declaró el sábado Varoufakis. “Puestos ante la presión de la ‘Endemoniada Coalición del Poder Internacional’, es razonable que algunos camaradas tomen un camino y otros tomen otro”, reflexionó.

“Sería criminal que un lado etiquete al otro de ‘acomodado’ y sea etiquetado a su vez de ‘irresponsable’. El objetivo principal en este momento –sentenciaba Varoufakis– es la unidad de Syriza y de quienes creyeron en nosotros. Hoy se nos juzga por nuestra capacidad de proteger nuestra unidad mientras mantenemos nuestro derecho a diferir”, agregó el ex primer ministro, para finalmente concluir que “no hay respuestas correctas, sino sólo una intención honrada de respetar las respuestas que dan nuestros camaradas, aún si difieren de las nuestras”.

Después de que Alexis Tsipras decidiera aceptar lo que Varoufakis definió como “términos de la rendición” ante el embate consolidado de bancos y estados acreedores, el ex ministro de Finanzas le retiró su apoyo en la primera votación parlamentaria del acuerdo. Anteayer, en cambio, el economista académico que se convirtió en dirigente político –y enfrentó a todos los gobiernos conservadores de Europa en defensa de la voluntad griega de rechazar los ajustes– salió a apoyar la segunda parte de lo aceptado. En su artículo del fin de semana, el ex ministro de Finanzas denunció la gravedad de la embestida en la Eurocumbre de Bruselas, donde “nuestros ‘socios’ impusieron sobre Tsipras su documento con métodos golpistas y agresión inimaginable”.

En el texto de ayer, insistió en que su objetivo principal es mantener la unidad de Syriza, apoyar a Alexis Tsipras y darle apoyo a Euclides Tsakalotos, por lo cual votó afirmativamente a medidas que “había propuesto yo mismo, aunque bajo condiciones y requisitos radicalmente diferentes”. Esas condiciones, explica minuciosamente, llevarán a su juicio a graves e indeseadas consecuencias. Sin embargo, pese a su certeza de que el voto no ayudará al gobierno a alcanzar los objetivos comunes, Varoufakis ofreció su voto afirmativo, “en la esperanza de que mis camaradas ganen algo de tiempo y que nosotros, todos nosotros, unidos, planifiquemos una nueva resistencia a la autocracia, a la misantropía y a la aceleración y profundización (inducidas) de la crisis”.

El gobierno alemán aplaudió ayer la segunda tanda de reformas aprobada por el Parlamento griego. El ministro de la Cancillería, el cristianodemócrata Peter Altmaier, aseguró en la red social Twitter que la decisión del legislativo heleno es un nuevo paso importante. “Este es un buen comienzo, pero aún no es el camino”, agregó Altmaier.

La votación en el Parlamento griego fue interpretada por la prensa helena como una prueba de resistencia que el gobierno de Tsipras atravesó con mayor o menor fortuna. El conservador Kathimerini abrió su portada con el titular “Syriza en la división”. El centrista Ta Nea tituló “Tsipras intransigente con el acuerdo y los rebeldes”. Con el título “Angustia de cara al vacío financiero”, el diario económico Naftemporiki resaltó que ahora es el momento, como afirmó Tsipras, de iniciar las negociaciones sobre el tercer rescate que permita asegurar la financiación.