Jueves, 13 de agosto de 2015 | Hoy
EL MUNDO › HAMBRE, DESHIDRATACIóN Y VIOLENCIA POLICIAL EN UNA ISLA DE GRECIA
La policía griega encerró a inmigrantes en el estadio de fútbol de la isla de Kos durante más de 24 horas, donde decenas tuvieron que ser tratados por ataques de pánico y varios informaron que fueron golpeados por la policía, mientras la situación siguió empeorando.
Alrededor de un millar de hombres, mujeres y niños no recibieron alimentos ni agua en la isla, donde están esperando a ser registrados por las autoridades después de llegar en barcos procedentes de Turquía. Los médicos de Médicos Sin Fronteras dijeron que habían tratado alrededor de 28 refugiados que huían de Siria y de otras zonas de guerra por ataques de pánico después que la policía lanzara granadas de estruendo que emiten cegadores destellos de luz y ensordecedoras explosiones, sobre la multitud el miércoles. Unos 20 inmigrantes también se desmayaron por hambre, deshidratación, falta de alimentos y por el agotamiento por el calor 33C.
“Lo que vemos ahora es un enfoque completamente desproporcionado sobre la gestión de la seguridad de esta gente que carece de la asistencia humanitaria relativa que necesitan”, dijo Vangelis Orfanoudakis, de MSF.
“Hay sólo dos baños, no tienen acceso al agua, ahora han puesto una manguera de agua para todos. La situación es muy dramática.”
La policía, que ordenó a los migrantes ir al estadio después de sacarlos de los campamentos improvisados en parques y otros espacios públicos, había entregado en octubre alrededor de 300 documentos de viaje durante la tarde del miércoles.
Agentes antidisturbios rociaron con extinguidores y se metieron entre la multitud con cachiporras mientras crecía por las condiciones y horas de espera, con migrantes cantando “queremos papeles, queremos comer” en una repetición de enfrentamientos vistos el martes.
Una portavoz de la caridad confirmó que alrededor de 28 migrantes habían recibido tratamiento para los ataques de pánico, y al menos seis habían reportado golpizas policiales. Un oficial de policía fue suspendido de su trabajo en la isla después de que presuntamente cacheteara a un inmigrante paquistaní y lo amenazara con un cuchillo, informaron los medios locales. “La situación aquí es muy mala y la policía golpeó a un chico, golpearon a un hombre, golpearon a los niños, es demasiado”, dijo un refugiado sirio, Laith Saleh, que se encuentra en el estadio. “Nosotros no podemos salir.”
La agencia de refugiados de Naciones Unidas, Acnur, criticó la situación en Kos y otras islas griegas como “caos total”, diciendo que debe ofrecer alimento y refugio a pesar de la crisis económica en curso.
Para muchos refugiados, las condiciones son una gran mejora sobre lo que dejaron atrás. Dirar, un graduado en inglés de Siria, dijo que Kos no era nada comparado con su ciudad natal de Alepo, que él llamó “la peor ciudad del mundo”. “No hay electricidad, no hay agua, Internet”, agregó. “Mi casa fue destruida por una explosión de cohete. Yo estaba feliz de estar vivo.”
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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