Mientras un médico forense analiza si es cierto lo que decía el certificado ilegible que presentó su abogado para justificar el faltazo que pegó en la primera audiencia, el jueves pasado, el ex presidente Carlos Menem participará desde La Rioja, vía teleconferencia, del juicio oral en el que está acusado de desviar la investigación del atentado terrorista a la AMIA. Así lo determinó el Tribunal Oral Federal Nº2, que dirige el debate.

Cuadro de “hipertensión, diabetes, esclerosis y artrosis” que “le impide su movilización atento a su avanzada edad”, leyó, con dificultad, Omar Daer, el abogado de Menem, el jueves por la mañana en la sala AMIA de Comodoro Py. Se supuso que el ex presidente reposaba en su casa de La Rioja, mientras allí, en Capital, comenzaba el juicio por el encubrimiento del atentado a la mutual judía. Como el TOF no pudo acreditar lo leído por el abogado, producto de la compleja escritura del papel, ordenó que un médico forense examinara la situación.

Hasta ayer, los profesionales se encontraban verificando el certificado médico que justificó la ausencia del senador en el proceso oral. Luego, una delegación de profesionales de la salud acudiría a examinar al acusado de ordenar el desvío de la investigación judicial que, allá por 1994, lideraba el entonces juez Juan José Galeano, también imputado en la causa. Sin que se acreditara aún si su estado de salud le impedía o no movilizarse desde La Rioja hasta la ciudad de Buenos Aires para presenciar el juicio en su contra, Daer solicitó al TOF que le permita a su cliente presenciar las audiencias vía teleconferencia. Fuentes judiciales aseguran que el escrito ni siquiera alega cuestiones médicas. El TOF Nº3, integrado por los jueces Jorge Gorini, Karina Perilli y Néstor Costabel, accedió al pedido.

Para la querella de Memoria Activa, la situación es “preocupante”, ya que “no hay garantías de que Menem se vaya a presentar cuando el tribunal lo requiera”. “Es él quien está decidiendo cuándo se presenta y cuándo no, y las condiciones en las que se presenta ante la Justicia que lo juzga por encubrir un atentado. La videoconferencia es una decisión impuesta por él al tribunal y sólo puede hacerlo porque está amparado por los fueros”, evaluó Rodrigo Borda, uno de los abogados que representa a la asociación de familiares de víctimas de la AMIA. El pedido de desafuero para el ex presidente sigue bajo análisis. La querella de la agrupación 18J –otro colectivo de familiares y amigos de víctimas del atentado– no fue notificada oficialmente sobre la teleconferencia concedida a Menem, aunque la calificaron de “una excusa más para no estar presente en el juicio, como corresponde, como debería estar”, según remarcó Sergio Burstein, integrante de ese grupo. Desde Apemia, consideraron que el TOF tomó “la única medida que tenía a su alcance”, ya que “Menem tiene fueros y el Gobierno lo protege, es senador de su bloque. Hasta que esa situación no cambie, el tribunal no puede hacer más que esto”, dijo Laura Gisnberg, de esa agrupación.

Menem no fue el único imputado ausente en la primera audiencia del juicio. Hugo Anzorreguy, ex titular de la SIDE, se encontraba internado en el Sanatorio Otamendi, desde dónde observó y oyó las acusaciones en su contra por videoconferencia. La comunicación virtual volvería a concretarse hoy, cuando las querellas que aún no lo hicieron lean las acusaciones contra los 13 imputados, entre los que se encuentran el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja; el ex reducidor de autos Carlos Telleldín, su esposa Ana Boragni, su abogado Víctor Stinfale y los ex fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia, entre otros.