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Hungría solicitó ayer más recursos a la Unión Europea (UE) para gestionar la oleada de miles de migrantes que intentan atravesar sus fronteras para solicitar asilo y que llegan al país tras cruzar los Balcanes. Ante la peor crisis de refugiados de la que se tenga memoria en el Viejo Continente, la Comisión Europea propone que se cree en Hungría un centro de acogida de migrantes. “Estamos dispuestos a crear un centro en Hungría, ya que este país necesita ayuda”, reconoció Natasha Bertaud, vocera en temas de migración, durante una conferencia de prensa.

Un continuo goteo de personas –muchas de ellas provenientes de Siria, Irak y Afganistán– alcanzan a pie o en tren Hungría, desde Serbia, en su última etapa antes de seguir viaje hacia Europa occidental, especialmente Alemania y los países escandinavos. Más de 120.000 personas han entrado en lo que va del año en Hungría, el primer país en su ruta que pertenece a la UE y de la conocida como zona Schengen, que permite la libre circulación a través de 26 Estados europeos. A comienzo de semana se registró el mayor número de entradas, con alrededor de 2000 refugiados en una sola jornada, en lo que va del año. Hungría está obligada a tratar sus pedidos de asilo, ya que una decisión de 2011 de la Corte de Justicia de la UE prohíbe que sean devueltos al primer puerto de entrada en la UE, en este caso, Grecia.

Este ingreso de migrantes sucede pocos días antes de que Hungría termine de levantar una primera valla coronada con cuchillas, de metro y medio de altura, a lo largo de sus 175 kilómetros de frontera con Serbia. Hasta noviembre las autoridades húngaras quieren reforzar esa primera valla con la construcción a poca distancia de una segunda, de cuatro metros de altura. El pasado fin de semana unos 7000 refugiados entraron en Serbia desde Macedonia y se espera que crucen ese país para llegar a Hungría en los próximos días. “Es imposible predecir exactamente cuándo llegarán a la frontera húngara. Estimamos que será mañana (por hoy) o pasado (por mañana)”, dijo Erno Simon, portavoz de la oficina húngara del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Las imágenes difundidas por los medios húngaros muestran que la alambrada erigida no detiene a quienes buscan asilo, que utilizan mantas o sacos de dormir para cubrir las cuchillas y saltar por encima de ellas. Simon denunció que varios voluntarios informaron que algunos refugiados han sufrido cortes en los brazos y el cuerpo tras saltar la alambrada. La CE criticó la valla de Hungría, pero no ha tomado ninguna medida contra ella. Para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la construcción de la valla lleva a los refugiados a buscar otras vías de acceso a Europa occidental.

El gobierno nacionalista húngaro aseguró que tuvo que levantar esa alambrada porque no puede esperar a que la UE encuentre una solución y se ha visto forzado a actuar sin demora. El ministro de Gobernación, Janos Lazar, declaró al diario Magyar Hírlap que la UE distribuye los fondos para la defensa de sus fronteras de una manera humillante y solicitó un incremento significativo del dinero para defender Europa. El Ejecutivo húngaro del primer ministro conservador Viktor Orban adoptó una línea más dura que otros Estados respecto de los refugiados, vinculándolos a un incremento de la delincuencia, el terrorismo y el desempleo. “Si no tomamos medidas, nos convertiremos en un bote salvavidas que se hunde bajo el peso de aquellos que se aferran a él”, alertó Lazar.