EL MUNDO
La verdadera historia de las víctimas de Santiago
Una investigación del juez Juan Guzmán Tapia develó el destino de los desaparecidos en la capital chilena. Entre 400 y 500 fueron los cuerpos arrojados al mar en operaciones realizadas por los pilotos y mecánicos del Comando de Aviación del ejército entre 1974-78.
El secreto guardado por la DINA (policía durante la dictadura) sobre el destino de los presos políticos de Santiago fue revelado por una investigación del juez Juan Guzmán y su equipo de detectives, que ayer divulgó el diario local oficialista La Nación. Entre 400 y 500 fueron los cuerpos de aquéllos lanzados al mar desde helicópteros militares entre 1974 y 78 –también en las últimas semanas de 1973–, durante la dictadura de Augusto Pinochet.
“Casi 30 años se guardó el secreto entre pilotos y mecánicos en el Comando de Aviación del ejército chileno, estamento de la operación (...) los que hablaron fueron los de abajo, no los altos oficiales”, dice el matutino, citando a fuentes directas. Explica así: “Al comienzo todos negaron, varias veces. Los pilotos niegan hasta hoy. Pero los mecánicos quebraron el juramento sellado con la sangre de otros. El magistrado Guzmán y los detectives que lo asisten tomaron esa hebra y la investigaron durante más de un año, en el marco del proceso por la cúpula comunista desaparecida en calle Conferencia”. La investigación, que alude sólo a los desaparecidos en Santiago, se suma a testimonios anteriores y a un reporte que las Fuerzas Armadas entregaron al presidente, Ricardo Lagos, en enero de 2001, donde por primera vez admitieron que presos políticos fueron lanzados al mar.
El informe fue emitido al concluir el trabajo de una Mesa de Diálogo que integraron los militares y representantes de organizaciones humanitarias, lo que dio lugar a que el Poder Judicial designara jueces con dedicación exclusiva para investigar el destino de 1198 desaparecidos. Del mismo surgió la información de 200 desaparecidos (49 en tierra y 151 en el mar), apenas consignó 29 casos atribuidos a la DINA. De ésos, sólo 23 aparecieron como arrojados al mar.
La suerte que corrieron los desaparecidos en Santiago, según el rotativo, fue establecida por el juez Juan Guzmán Tapia, el mismo que abrió el único juicio que enfrentó en Chile el general Pinochet. El ex dictador fue liberado por la Corte Suprema en julio de 2002 al considerar que una demencia moderada le impide defenderse ante los tribunales.
Guzmán estableció que los presos fueron muertos y llevados hacia la costa en helicópteros Puma del Comando de Aviación del ejército, cuyo comandante en jefe era Pinochet, indicó la versión.
“Fueron al menos 40 viajes. En cada uno subieron de ocho a quince bultos a bordo de los helicópteros Puma. De los 12 mecánicos del ejército que al final terminaron reconociendo las operaciones, cada uno hizo al menos un viaje”, agregó el diario. “En algunos casos fueron dos, tres e incluso más. Hay otros mecánicos que también participaron en estas operaciones pero que todavía lo niegan”, señaló.
El juez Guzmán interrogó a los militares –ahora retirados del ejército– en el marco de sus investigaciones para aclarar el paradero de 10 dirigentes del Partido Comunista, proscripto por el régimen de Pinochet.
Esos dirigentes conformaban la cúpula de la organización y fueron detenidos por agentes de la policía política de la dictadura en mayo de 1976, sin que hasta ahora se conozca qué ocurrió con ellos.
El cuerpo de la dirigente comunista Marta Ugarte fue el único de las víctimas que afloró desde las profundidades del océano y que en septiembre de 1976 apareció en la playa La Ballena. Entre los cinco ex pilotos de helicópteros Puma que Guzmán procesó por el secuestro y homicidio de Ugarte, están quienes fueron pilotos de la “Caravana de la muerte”, la unidad militar que en octubre de 1973 secuestró y asesinó a decenas de opositores del golpe militar de septiembre que encabezó Pinochet.
El ex jefe de la DINA Manuel Contreras tuvo por una vez razón: “No hay detenidos desaparecidos de la DINA, están todos muertos”, dijo en septiembre pasado en declaraciones a un canal documentalista de la televisión francesa. Lo que nunca reconoció el general retirado es que la operación macabra de arrojar cuerpos al mar existió.
Contreras permanece encarcelado por orden del magistrado Guzmán y ya cumplió una condena de siete años de prisión por el asesinato en Washington del ex canciller socialista Orlando Letelier, que murió junto a su secretaria Ronnie Moffit cuando una bomba estalló bajo su automóvil el 21 de septiembre de 1976.