El presidente del gobierno español en funciones Mariano Rajoy y el candidato a sucederlo, el socialista Pedro Sánchez, escenificaron ayer la falta de acuerdo que mantiene a España en una situación de bloqueo político. Fue en una reunión que duró apenas media hora y estuvo marcada por gestos de frialdad. No hubo siquiera un saludo ante las cámaras al comienzo del encuentro en el Congreso de los Diputados, a más de un mes y medio de las elecciones y sin que existan expectativas de acuerdo, ya que ambos ya dijeron que no se respaldarían para formar gobierno. La cita se enmarcó en los contactos que Sánchez, líder del Partido Socialista (PSOE), mantiene con el resto de fuerzas políticas españolas en su condición de candidato a la presidencia del gobierno, tras aceptar el 2 de febrero el encargo de Felipe VI, después de que Rajoy rechazó ser la primera opción por falta de apoyos. Los líderes se saludaron con semblante serio, casi sin mirarse, y cuando Sánchez hizo un tímido ademán de darle la mano a Rajoy, éste lo ignoró mientras se abrochaba el saco. “Es una anécdota, no refleja la realidad, el señor Rajoy me dio la mano en privado”, aseguró Sánchez más tarde, cuando el desplante había saltado a los titulares de la prensa. Pero desde la cuenta oficial de Twitter, el PSOE, que publicó la foto, afirmó: “Sabíamos que no era un político decente. Ahora sabemos que tampoco es educado #MarianoEscondeHastaLaMano”.