EL MUNDO › ENTREVISTA CON EL AYATOLA MOHAMED HUSSEIN FADLALLAH, LIDER DEL CHIITA HEZBOLLAH
“Lo que hace Bush es encender el fuego”
En un reportaje concedido a Página/12 en el Líbano, el jefe espiritual del Hezbollah, con el que sin embargo niega toda relación orgánica, colocó al presidente norteamericano como el responsable de prender la mecha de la guerra religiosa.
Al mismo tiempo no condenó los atentados suicidas (uno se produjo ayer en Pakistán) ni a la organización Hamas.
Por Eduardo Febbro
Página/12
en el Líbano
Desde Beirut
En un rincón laberíntico del barrio chiita de Beirut un puñado de guardias armados con Kalachnikov custodian celosamente la entrada de la casa del ayatola Mohamed Hussein Fadlallah, una de las más altas autoridades del Islam chiita y el líder espiritual del Hezbollah. Fadlallah es una leyenda a la altura de las medidas de seguridad que lo protegen.
Muchos analistas lo consideran como el inventor de las “bombas humanas”, es decir, los atentados suicidas. Fue él quien mediante una “fatwa” —decreto religioso— incitó a los chiitas del Líbano a organizar los atentados suicidas contra la embajada norteamericana de Beirut y contra un puesto de control estadounidense instalado en la capital libanesa. Ambos atentados dejaron un saldo de centenas de muertos norteamericanos y precipitaron el retiro de las tropas estadounidenses desplegadas en el Líbano en 1983.
A él también se le atribuye el decreto religioso que desembocó en el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires. “El enemigo ha dicho que su mano era larga. La de los combatientes ha sido más larga y ha llegado a la Argentina. Los combatientes burlaron la seguridad israelí “, dice textualmente el sermón que conecta al Hezbollah con el atentado en la capital argentina. Fadlallah, sin embargo, rehúsa toda conexión alegando que él no tiene “un lazo orgánico” con el Hezbollah.
Considerado hoy como un “reformista modernista” moderado, Mohamed Hussein Fadlallah fue en los años 80 el promotor de cierto tipo de terrorismo. Afable e inteligente, Fadlallah ya no es más el hombre de esa década. Aunque fue el primero en lanzar una fatwa llamando a los iraquíes a resistir a la agresión norteamericana, el líder chiita promueve hoy un encuentro entre el Islam y el cristianismo, la coexistencia pacífica de todas las confesiones en el Líbano y el mismo derecho para todos los pueblos. Para los chiitas, sus palabras son órdenes y sus preceptos una filosofía que se debe asimilar. Para Mohamed Hussein Fadlallah, el problema del mundo no es la conjunción del Islam, el cristianismo o el judaísmo sino el anhelo norteamericano de dominar todo el planeta.
–Estamos en un mundo tenso donde los conflictos han adquirido una dimensión universal y religiosa. De guerra religiosa habló el presidente norteamericano, George Bush. ¿Usted sigue los mismos postulados?
–El presidente Bush tiene una concepción de la religión que se desarrolla entre la bruma. Es imprecisa. Bush no entiende a la religión en la dimensión de sus valores espirituales específicos sino dentro de un círculo limitado. La religión enseña la simpleza y la humildad a los fieles. Pero a través de sus ideas desfiguradas Bush se incluyó en el rango de los santos, se presentó como el profeta de la nueva Norteamérica. El problema de Bush radica en que actúa según la idea de que los Estados Unidos son la fuerza. Su lógica es la fuerza y quiere imponerla al mundo entero. Bush habló de terrorismo islámico antes de entender qué era exactamente el Islam. Nosotros no pretendemos justificarnos, pero podemos confirmar que el Islam es la religión de la paz para todo el mundo. Su principio consiste en recomendar que los hombres sean amigos de todos los hombres. A través de la palabra, el Islam es un pensamiento abierto al pensamiento de los demás.
–¿Cuál sería la traducción de esa idea en la práctica?
–El Islam no suprime al prójimo, lo reconoce para dialogar con él. El Islam actúa en pos de la unidad y lo que ocurre en el mundo islámico no difiere en mucho de lo que pasa en el mundo occidental. Quienes matan a personas inocentes no representan al Islam. Quienes actúan así representan una mala interpretación del Islam. En el mundo existen fuerzas aliadas con movimientos internacionales con el único propósito de desfigurar la imagen del Islam. No creo que haya un conflicto religioso entre el Islam y el cristianismo. Tal vez existan conflictos teológicos entre musulmanes y cristianos, pero esos conflictos también se dan entre los cristianos entre sí y lo mismo ocurre con los musulmanes. Incluso si hay diferencias, el Islam y el cristianismo se unen en la fe en Dios y en torno de valores espirituales y morales. Por consiguiente, es posible coexistir en el seno de la misma sociedad y en una relación de complementariedad frente a los valores morales y espirituales. El fondo común es la fe en Dios y el rechazo del orgullo esgrimido por las fuerzas internacionales que gobiernan el mundo. El cristianismo y el Islam se fundaron en torno a la idea de la defensa del pobre, del débil. Cristo era modesto y humilde en su sociedad, era pobre y miserable pero rico en su espíritu, en su moral y en su amor por el hombre en general. De la misma manera, el profeta Mahoma era pobre pero se abrió al mundo gracias a los valores espirituales y morales. Su base era la misma que la del cristianismo: todos los hombres son hijos de Dios.
–Pero los conflictos aumentan, no decrecen.
–Nosotros siempre hemos defendido el diálogo entre el Islam y el cristianismo. Se trata de que podamos encontrarnos en el mismo terreno. En este contexto queremos que exista un dialogo entre el Islam y occidente, entre los creyentes y los laicos. Consideramos que el diálogo aporta la paz en el mundo. Hacemos un llamado para que el hombre comprenda al hombre. Si nos comprendemos no tendremos miedo el uno del otro y, por consiguiente, no habrá conflicto. Creo que el presidente George Bush no ha entendido gran cosa, no ha comprendido ni al Islam ni al cristianismo. Eso es lo que lo lleva a evocar la existencia de un conflicto religioso entre el Islam y el cristianismo.
–Sin embargo, hay posiciones muy drásticas de parte del Islam contra el judaísmo.
–No, de ninguna manera. Nosotros abogamos por una apertura hacia el judaísmo. No estamos en contra del judaísmo en tanto que religión. Nuestro problema con Israel es un problema político. En el momento en que los judíos fueron rechazados por Occidente el Islam les abrió los brazos a los judíos durante varios siglos. Los musulmanes nunca persiguieron a los judíos. Fueron los occidentales quienes lo hicieron. Entre nosotros y los judíos no hay problemas religiosos. Cuando el presidente Bush habla de conflicto religioso lo que está haciendo es encender el fuego para sacar provecho en su lucha contra el terrorismo. En realidad, son los Estados Unidos quienes actúan como terroristas en el mundo. Los Estados Unidos ni siquiera les dieron a los europeos la oportunidad de tener un diálogo franco a propósito del problema del terrorismo. Nosotros rechazamos el terrorismo porque es inhumano.
–¿También en los territorios palestinos?
–No estamos de acuerdo con el calificativo de terroristas que se les da a los movimientos de liberación, por ejemplo en Palestina. Nuestro principio es la paz fundada en la justicia y en el reconocimiento del derecho. Denunciamos entonces la política norteamericana porque no respeta el derecho de los pueblos. Los Estados Unidos actúan para dominar el mundo apostando a las diferencias entre los distintos pueblos. Ni siquiera consideran como iguales a sus aliados europeos y quieren ser la única potencia que domina el mundo. Estamos en contra de la política norteamericana, pero no del pueblo norteamericano. En los Estados Unidos hay una comunidad musulmana de cerca de 10 millones de personas y nosotros le recomendamos que no perjudiquen al país en el que viven.
–Los Estados Unidos y algunos países europeos consideran al Hezbollah como un movimiento terrorista y no como una fuerza de liberación.
–No compartimos ese punto de vista norteamericano. No podemos pensar que los movimientos de liberación como Hamas, el Hezbollah y otros sean movimientos terroristas. Es preciso considerar ese tema dentro de su contexto real. Pero quiero señalar aquí que yo no tengo ninguna relación orgánica con esos movimientos. El problema principal radica en que los Estados Unidos están dispuestos a hacerle la guerra al mundo entero paradefender los intereses de Israel. En realidad, no existe una política norteamericana para esta región del mundo. Más bien, la política de Estados Unidos se fabrica en Tel Aviv. Son los lobbies y los grupos integristas quienes empujan a los Estados Unidos a crear las tensiones que existen en el mundo. Si George Bush llega a tomar una decisión que va en contra de los intereses de Israel enseguida se ve obligado a cambiar de dirección. El presidente norteamericano no fue realista cuando decidió boicotear a Yasser Arafat, porque el líder palestino representa a su pueblo. No es normal que el problema palestino sea resuelto fuera de la esfera de las personas que representan a ese pueblo.
–¿Usted considera que los ataques contra los civiles iraquíes y la coalición anglo-norteamericana en Irak son justificados?
–Rechazamos la ocupación de cualquier país así como los regímenes dictatoriales. Estuvimos contra el régimen de Saddam Hussein porque era un dictador salvaje. Martirizó a su pueblo y condujo a toda la región a un camino sin salida. Hoy seguimos oponiéndonos a la ocupación norteamericana de Irak y a la ocupación de Palestina por parte de Israel. Yo le aconsejo a Bush que mire de frente la Estatua de la Libertad para que sepa que todos los pueblos quieren la libertad tanto como los norteamericanos.
–Los cristianos que viven en el Líbano, particularmente en el sur, se sienten amenazados por la presencia de la milicias del Hezbollah. Muchos alegan que deben dejar sus tierras debido a la presión religiosa a la que están sometidos.
—Se trata más bien de una apreciación subjetiva antes que de una realidad. No existe ningún musulmán que tenga la intención de suprimir a los cristianos del Líbano. No hay un conflicto teológico entre ambas comunidades capaz de conducir a un conflicto. Es cierto que hay conflictos administrativos; pero la realidad política del Líbano engloba a todas las comunidades. La oposición es a la vez cristiana y musulmana. Los cristianos están desvirtuando la realidad. La guerra que estalló en el Líbano no fue una guerra entre cristianos y musulmanes y tampoco fue un conflicto interno. La guerra fue producto de la estrategia del ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, que pretendía resolver así el problema palestino. La guerra terminó cuando los Estados Unidos consiguieron lo que querían. Si el conflicto libanés hubiese sido una guerra religiosa aún estaríamos combatiendo.
–¿Por qué dice que no lo fue?
–Los Estados Unidos solo querían sacarse de encima el problema palestino en el Líbano. Nosotros, como musulmanes, queremos construir aquí un país para todos. La ciudadanía libanesa engloba a todos los libaneses. No queremos que haya un comunitarismo que divida al Líbano en distintos Estados.