EL MUNDO › ATENTADO SUICIDA, FRACASADO, CONTRA MUSHARRAF
Intento de pakimagnicidio
Por Phil Reeves*
Al menos 14 personas murieron ayer en Rawalpindi cuando explotaron dos bombas al paso del convoy en el que viajaba el presidente paquistaní, general Pervez Musharraf. Los funcionarios paquistaníes explicaron que fue un intento de asesinarlo –el segundo en 15 días– de parte de atacantes suicidas.
Dos kamikazes que manejaban camionetas pick-up cargadas de explosivos estallaron cuando intentaban meterse por la fuerza entre la caravana presidencial a su paso por dos estaciones de gas en la calle principal en una ciudad cercana a la capital, Islamabad, según se informó. Los ataques dañaron una ventanilla de la limousine del general Musharraf, pero éste resultó ileso y apareció en la televisión oficial unas horas después de las detonaciones culpando del incidente a los “terroristas” que estuvieron detrás del ataque suicida. “Aún es temprano para señalar responsables. Pero ciertamente son terroristas, extremistas y enemigos del Islam y Pakistán”, afirmó el presidente de facto.
El general se posicionó como aliado de Estados Unidos en su ofensiva post-11 de septiembre de 2001. Musharraf retiró su apoyo al régimen de los talibanes en Afganistán y trabajó de cerca con el FBI y la CIA, arrestando a cientos sospechosos de pertenecer a grupos terroristas.
En septiembre, la televisión árabe difundió una cinta de audio atribuida al segundo de Al Qaida, Ayman al-Zawahri, quien urgía a los paquistaníes a derrocar a Musharraf porque apoya a los norteamericanos. La hostilidad contra éste ha ido en aumento como resultado de una investigación sobre las actividades que estarían llevando a cabo científicos nucleares, sospechados por las agencias de inteligencia de Occidente de vender tecnología nuclear a Irán, Libia y Corea del Norte. Esos señalamientos incluyen al “padre” de la bomba atómica de Pakistán, el doctor Aq Khan.
El ataque sucedió un día después de que el general Musharraf acordara renunciar a la jefatura de las Fuerzas Armadas de Pakistán a fin de año, un gesto que puede leerse como una concesión ante sus oponentes políticos, que le exigían la renuncia al control sobre la seguridad interna y el aparato militar de Pakistán.
El número de muertes y heridos no pudo ser precisado con exactitud definitiva. Abdur Rauf Chaudry, un vocero del ministerio de Interior, dijo que 14 personas murieron ayer, la mayoría peatones y dos policías, sin incluir a los dos suicidas. Señaló que 46 personas resultaron heridas, aunque otros informes hablaron de 15 muertos y 17 heridos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.