El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, comenzó a gobernar bajo estado de excepción y ordenó tomar toda las fábricas improductivas. La oposición ve en la aplicación de esa medida la estrategia para cerrarle el paso al referéndum revocatorio. Acerca de la consulta impulsada por el antichavismo, el vicepresidente Aristóbulo Istúriz afirmó ayer que no habrá referendo revocatorio contra el mandatario por errores cometidos en la recolección de firmas para convocarlo.

Maduro dispuso el sábado la intervención de las plantas que se encuentran paradas y pidió detener a los empresarios que, según su opinión, intentan desestabilizar al gobierno. Es la primera medida de un estado de excepción decretado por el oficialismo que regirá por tres meses y que, según dijo el presidente, será prorrogado sucesivamente hasta 2017.

“¡Planta parada, planta entregada al pueblo! Ustedes me van a ayudar a recuperar todas las plantas paralizadas por la burguesía’’, lanzó Maduro frente a miles de partidarios. Se espera que el decreto firmado el viernes, que amplió el estado de emergencia económica vigente desde enero, se publique hoy.

Venezuela atraviesa una crisis profundizada en el último tiempo por la caída del precio del barril de petróleo, con la inflación más alta del mundo (180,9 por ciento en 2015) y una caída del Producto Interno Bruto del 5,7 por ciento el año pasado. En un país con las mayores reservas de crudo del mundo pero que depende fuertemente de las importaciones, la debacle económica se ve reflejada en la escasez de más de dos tercios de los alimentos básicos y los medicamentos, panorama agravado por cortes cotidianos de agua y luz.

Cuatro fábricas cerveceras de Polar –la mayor productora de alimentos y bebidas del país– permanecen en la mira del gobierno, luego de que el 30 de abril dejaran de operar por falta de divisas para importar insumos, dentro de un fuerte control de cambio impuesto en 2003.

Polar cubre cerca del 80 por ciento del mercado cervecero y sus marcas prácticamente desaparecieron de las bocas de expendio, lo que provocó que los precios de la competencia se duplicara en cuestión de semanas. El mandatario socialista acusa a Lorenzo Mendoza, presidente del grupo empresarial, de estar a la cabeza de una “guerra económica” que busca generar desabastecimiento y provocar su caída del gobierno.

Maduro ordenó realizar el próximo sábado ejercicios militares para afrontar lo que denunció como una amenaza externa –en referencia a Estados Unidos–, por la que justificó el estado de excepción.

De acuerdo a una filtración que publicó la agencia de noticias Reuters, dos funcionarios de Inteligencia norteamericanos anticiparon a un grupo de periodistas en Washington que Maduro podría no completar su mandato, que debería terminar después de la elección de 2018. Dijeron que hay una crisis en marcha y que uno de los posibles escenarios que avizoran es que el partido oficialista venezolano fuerce a Maduro a dar un paso al costado. “Nuestra presión sobre esto no va a resolver el problema”, aclaró uno de los funcionarios.

Los analistas consideran que la entrada en vigor del estado de excepción es parte de la estrategia del mandatario para evitar la realización, este año, del revocatorio que impulsa la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

“El gobierno estaría jugando a montar el marco legal para liberar las manos de los militares y poder reprimir un reclamo en las calles a favor del revocatorio”, señaló Alarcón, recordando que estas medidas suelen restringir el derecho de protesta y autorizan detenciones preventivas sin orden judicial. En un acto organizado en respaldo a la presidenta Dilma Rousseff, el vicepresidente venezolano intentó sellar el debate: “Aquí Maduro no va a salir por referéndum porque primero aquí no va a haber referéndum. Ellos saben que no va a haber referéndum porque primero lo hicieron tarde, segundo lo hicieron mal y tercero cometieron fraude’’, dijo Aristóbulo.