Jueves, 7 de julio de 2016 | Hoy
EL MUNDO › EN SU CARTA AL SENADO, DILMA CALIFICó DE “FARSA” SU JUICIO POLíTICO
En su alegato, la mandataria sostuvo que es víctima de un acuerdo entre “traidores” y que los que voten a favor del juicio se verán ante “la vergüenza del espejo de la Historia”.
La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, calificó ayer, en su alegato de defensa ante el Senado, como una “farsa” al juicio político que se le sigue, sostuvo que es una mujer honesta y víctima de un acuerdo entre “traidores”, y pidió a los senadores que impidan su destitución para evitar una “nueva ruptura democrática”.
En un mensaje leído por su abogado, el ex ministro José Eduardo Cardozo, Rousseff cumplió con el procedimiento antes de que se active una nueva fase de su juicio político en el Senado, que puede definirse a fines de agosto. La mandataria suspendida sostuvo que el juicio político fue un “chantaje” del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y una “convergencia” del grupo que responde al vicepresidente Michel Temer y “la oposición derrotada en las urnas en 2014”, en referencia al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del canciller José Serra.
Rousseff negó las acusaciones en su contra sobre maquillaje fiscal en el presupuesto, que es la base de la acusación, redactada por la abogada Janaína Paschoal, a pedido del PSDB, que le pagó, según la letrada reveló, unos 13.000 dólares.
“Sufrí el dolor indecible de la tortura y pasé por el dolor de la enfermedad y ahora sufro igualmente el dolor innombrable de la injusticia. Lo que más duele en este momento es la injusticia, lo que más duele es percibir que estoy siendo víctima de una farsa jurídica y política’’, dijo Rousseff en su carta y, apuntando a los senadores que deben decidir si la expulsan o la absuelven, dijo que los legisladores “van a juzgar a una mujer honesta, una funcionaria dedicada y defensora de causas justas”.
Rousseff fue suspendida del cargo el pasado 12 de mayo por 55 votos de los 81 senadores, en el marco del pase a la oposición de Temer y su fuerza, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que se alió a otros como el PSDB.
Mientras tanto, Serra dijo en Montevideo que cree que Rousseff será expulsada del cargo por parte del Congreso y que “ni siquiera ella o el Partido de los Trabajadores (PT) creen que podrán revertir la situación”.
En Brasilia, el abogado de Rousseff leyó la carta de ella indicando que la mandataria suspendida sí hablará en su defensa en el plenario del Senado, cuando la Cámara alta se transforme, en agosto, en cámara juzgadora.
Rousseff, quien logró reunir en tres días de donaciones virtuales unos 120.000 dólares para que pueda recorrer el país para hacer campaña “contra el golpe” antes de la votación del Senado, explicó que el juicio político es producto del “chantaje” de Cunha para evitar ser investigado por corrupción y el oportunismo de los opositores al PT.
En particular, Rousseff citó un audio de la operación Lava Jato en el cual Romero Jucá, mano derecha de Temer, aparece diciendo que el juicio político era la salida para “evitar el sangramiento” de la clase políltica tradicional por acusaciones de corrupción.
“Los derrotados que nunca aceptaron el resultado electoral en 2014 supieron unir esfuerzos con aquellos que entendían que mi gobierno era un real obstáculo a su deseo para construir un verdadero pacto de impunidad en el país y el juicio político fue el modo de encuentro de estas vertientes históricas”, dijo la mandataria.
En búsqueda de votos entre los senadores indecisos o que votaron por su suspensión pero no comulgan con Temer, Rousseff expresó que los que voten por el juicio se verán ante “la vergüenza del espejo de la Historia”.
En un mensaje directo a Temer, Rousseff subrayó que su programa económico no fue votado y que es “imposible” que este gobierno pueda sacar al país de la crisis. “Este gobierno sin voto es la crisis”, enfatizó.
Asimismo, Rousseff pidió “evitar una ruptura democrática ante los ojos del mundo” con este proceso que según ella “será el primero” en poder alejar un mandatario electo por haber tomado medidas de contingencia presupuestaria.
Con la carta de Rousseff se puso fin a la producción de pruebas y a partir de mañana comenzarán las presentaciones escritas de los últimos alegatos de la defensa y la acusación, que servirán como base al senador Antonio Anastasia, instructor del proceso, para la elaboración de un informe final a ser presentado el 2 de agosto.
El 9 de agosto, en el cuarto día de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el Senado deberá votar si acoge el informe acusatorio.
Si en esa instancia se avala por mayoría simple (41 votos), el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) volverá a convocar al plenario del Senado para una última sesión en la que Rousseff sería destituida si lo respaldase una mayoría calificada de 54 senadores (dos tercios).
El PT denuncia que Temer está dando cargos a los partidos de senadores indecisos para forzarlos a votar a favor de la destitución de Rousseff, con lo cual le dará al PMDB y al actual gabinete el mandato hasta el 1º de enero de 2019. Rousseff, a cambio de regresar, está negociando la convocatoria de un plebiscito para adelantar elecciones generales, donde según las encuestas el favorito es el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
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