Jueves, 28 de julio de 2016 | Hoy
EL MUNDO › APOYO UNANIME DE LOS LIDERES Y LAS LUMINARIAS DEL PARTIDO DEMOCRATA
Al apoyo incondicional de Sanders se sumaron el resto de los representantes del sector más progresista del partido. No hubo fisuras en los discursos, cumpliendo uno de los objetivos principales de los organizadores.
Por Nicolás Lantos
Desde Filadelfia
Esta noche, Hillary Clinton será, oficialmente, la primera mujer candidata a la presidencia de los Estados Unidos por uno de los dos partidos tradicionales y competitivos del sistema político de este país. Su discurso de aceptación cerrará la convención demócrata, que luego de un comienzo algo turbulento logró sellar la unidad detrás de su candidatura, algo que una semana antes había fallado en asegurar su rival, el magnate Donald Trump, en el mitín republicano. Una constelación de estrellas, presidentes y ex presidentes, gobernadores, diputados y senadores, participaron del encuentro y respaldaron a la ex secretaria de Estado y su rival en la interna de este año, el socialista demócrata Bernie Sanders, interrumpió la votación para ceder sus delegados y aclamar a Clinton por unanimidad.
Filadelfia atraviesa sus días más calurosos en décadas, consignan los medios locales, pero a pesar de eso las protestas callejeras se sucedieron durante toda la semana, protagonizadas principalmente por seguidores de Sanders y militantes ambientalistas, prochoice, por la despenalización de las drogas y de organizaciones y partidos de izquierda. Algunos de los sanderistas, luego de que el senador por Vermont diera su respaldo a la candidata del Partido Demócrata continuaron con las protestas desoyendo esa decisión. En un país donde el voto no es obligatorio, el turnout de estos desencantados, es decir la cantidad de ellos que decida ir a votar por Clinton en lugar de quedarse en sus casas, puede cambiar el rumbo de la elección.
Llamativamente lo que no se ve en las calles de Filadelfia, ni en el centro ni en los alrededores del Wells Fargo Center, a unos 20 minutos de subte del downtown, donde tiene lugar la convención, es simpatizantes de Hillary. Las pocas remeras y carteles con su nombre que se ven son críticos hacia la ex senadora, que por el contrario sí logró un apoyo casi unánime dentro del recinto, que es donde se cuentan los porotos. Unos pocos intransigentes y ruidosos delegados de Sanders abandonaron el lugar en señal de protesta el martes por la tarde, lo que a fin de cuentas terminó de limpiar el decorado para una puesta en escena a pedido de la candidata, sin silbidos incómodos ni abucheos, como hubo el lunes.
Al apoyo incondicional de Sanders se sumaron el resto de los representantes del sector más progresista del partido. No hubo fisuras en los discursos, cumpliendo uno de los objetivos principales de los organizadores, que querían dar una imagen bien diferente a la que había quedado de la convención republicana unos días antes. A diferencia también de Cleveland, en Filadelfia la lista de oradores fue numerosa y llena de figuras, como el cartel de un festival internacional de rock, encabezado de manera estelar por el presidente, Barack Obama, que ayer por la noche hizo su encendido alegato por la candidata demócrata.
Además, pasaron por el escenario del Wells Fargo el vice, Joe Biden, los ex mandatarios Bill Clinton (que dio su discurso como futuro consorte presidencial) y Jimmie Carter (por video), la primera dama, Michelle Obama, una quincena de gobernadores, varias decenas de representantes y senadores, incluyendo a todos los principales referentes del ala progresiva del Partido Demócrata y que sin excepción respaldaron la candidatura de Hillary Clinton. Estrellas de Hollywood, como la actriz Meryl Streep, dieron discursos, y músicos como Paul Simon, Katy Perry y Demi Lovato también aportaron palabras y canciones.
Semejante despliegue logró una tarea difícil: dejar atrás el escándalo que sacudió al partido horas antes de la convención, luego de que se filtraran emails que dejaban en evidencia cierta coordinación de la cúpula demócrata para perjudicar a Sanders y asegurar la candidatura de Clinton. El escándalo le costó su puesto a la presidenta del Comité Nacional, Deborah Wasserman Schultz, el domingo por la tarde, a menos de un día del comienzo de las celebraciones, pero su salida logró despresurizar el clima interna y lo que amenazaba con convertirse en un desastre terminó por encaminarse en una convención unificada y poderosa que proclamó a Clinton candidata con el respaldo completo del partido.
Hoy, ella dará su primer discurso de aceptación y luego se embarcará con su compañero de fórmula, Tim Kaine, en una gira por Pennsylvania y Ohio, dos Estados en juego que son vitales para las aspiraciones presidenciales de cualquier candidato. Los dos tienen planeado seguir recorriendo juntos otros distritos con resultado abierto donde se definirá la elección nacional, como Florida, Carolina del Norte, Virginia, y el cinturón del óxido industrial en el norte, donde el discurso anti libre mercado de Trump hace mella en los trabajadores perjudicadas por la caída de la capacidad adquisitiva de los trabajadores en los últimos años. Bill Clinton, Obama, Sanders y otras figuras prominentes del partido se sumarán a las actividades alternativamente para reforzar la campaña.
A partir de mañana, comenzarán a medirse las encuestas que la semana próxima deberían traer algo de tranquilidad a los demócratas, luego de que esta semana vieran por primera vez a Trump en un empate técnico o incluso algunos puntos arriba en algunos sondeos nacionales, empujado por las repercusiones de la convención republicana. Se espera que ahora el coletazo impulse a la boleta de Clinton para recuperar la ventaja que tuvo durante toda la etapa preliminar del proceso electoral. Ahora, cuando ambas convenciones queden en el espejo retrovisor, comenzará la carrera que cuenta y cuya meta de llegada estará el 8 de noviembre en la Casa Blanca, al 1600 de la avenida que lleva el nombre de este Estado.
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