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Por Juan Arias *
Desde Río de Janeiro

El enfrentamiento de 3000 indios guaraníes y caiuás con los hacendados en Japorá, a 464 kilómetros de Campo Grande en el estado de Mato Grosso do Sul, casi en la frontera de Brasil con Paraguay, que se prolonga desde el 22 de diciembre tras haber invadido los indios 14 grandes propiedades, llegó anteayer a un momento de gran tensión en el que resultaron heridos cuatro indígenas y dos agricultores, al mismo tiempo que un muchacho de 14 años resultó herido en la nuca con arma de fuego.
El enfrentamiento cuerpo a cuerpo comenzó cuando 300 hacendados cerraron la entrada a una de las propiedades invadidas como protesta por la permanencia de los indios dentro de sus tierras. También los hacendados, ayudados por los comerciantes, colocaron fuego en una área cercana al puente. Los indios creyeron que iban a incendiar la finca para obligarlos a salir. Y estalló la violencia. Los indios estaban armados, como es costumbre de ellos, con flechas, palos y lanzas, y entre los hacendados, por lo menos uno de ellos, según informó la policía, empuñaba un revólver calibre 22.
La puja entre indios que reivindican la propiedad de terrenos que el gobierno les había concedido y que los hacendados, con la connivencia generalmente de políticos locales, jueces y policías corruptos, les fueron quitando poco a poco, se ha agravado en varios lugares de Brasil tras la llegada del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Según dijo el obispo de San Félix de Araguaia, el español Pedro Casaldaliga, eso se debe a que los indios se sienten más fuertes tras las promesas hechas por Lula, al mismo tiempo que los propietarios rurales han intensificado su violencia. El Sismi, el Consejo Indigenista Misionero, órgano de la Conferencia Episcopal, acaba de publicar un documento muy duro. Los indios guaraníes y caiaiuás alegan que las 9400 hectáreas de tierra que les habían sido adjudicadas se han ido reduciendo por la codicia de los agricultores en 1600, y que el gobierno nada ha hecho para que pudieran recuperarlas. De ahí que decidieran invadir las fincas que ellos consideran creadas ilegalmente en su territorio.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.