SOCIEDAD › CAYO UN HOMBRE ACUSADO POR VARIOS SECUESTROS

El final para el Negro Sombra

Sergio Leiva está sospechado de haber secuestrado a Belluscio, Riquelme y Astrada, entre otros. Y se supone que contaba con protección policial. También cayó otro acusado por Belluscio.

 Por Horacio Cecchi

En la historia del crimen, los mitos son difíciles de asir, son elusivos y desaparecen como el humo entre los dedos. Ayer, un mito y un candidato a leyenda quedaron desprotegidos y pasaron a formar parte de los detenidos. Uno más que el otro, los dos tienen su historial. Y ambos, su bizarro recorrido como integrantes del hampa con protección policial. Se trata de Sergio Orlando Leiva, más conocido como “el Negro Sombra”, y de Nicolás Desideri del Valle, alias “Tita”. El Negro y Tita están sospechados de los secuestros de Pablo Belluscio y Mirta Fernández. El Negro, también de los de Cristian Riquelme y Rubén Astrada, además de una serie de homicidios que cuelgan de su cuello como cuentas de un rosario. La infructuosa búsqueda de ambos tiene su explicación: tienen protección policial. El Negro es un protegido de la Bonaerense de Talar de Pacheco y Tigre. Tita, por los de la zona de la Villa San Cayetano, en San Martín. Ayer, hombres de la Federal y de la SIDE, con alguna colaboración de la Bonaerense, lograron detenerlos en sus lugares habituales, como si nadie los buscara.
El Negro Sombra era uno de los delincuentes más buscados por la Justicia. Protegido del comisario de la 5ª de Talar, Marcos Solís, y de sus mano de obra, el sargento Angel Clementino Talavera (ex jefe de calle de la 5ª de Talar) y su segundo Sergio Rolando Sosa –según reveló el periodista Cristian Alarcón en una extensa investigación–, el Sombra desató el terror en la zona como capanga mayor de la Banda de los Antichorros, como los conocían los vecinos por su amable colaboración con los escuadrones de la muerte.
Mencionado en diferentes testimonios como partícipe en el secuestro de Pablo Belluscio, Mirta Fernández, Diego Lafont y Cristian Riquelme, el Negro carga con varios homicidios de miembros de la banda que en algún momento decidieron abrirse o se vieron amenazados. La protección sobre Sergio “El Negro Sombra” Leiva llegó a un extremo patético cuando dos federales del equipo de Carlos Sablich, de Delitos Complejos, fueron detenidos por bonaerenses de la 5ª de Talar y del Comando de Patrullas de Tigre cuando seguían el rastro del Negro. Detenidos y esposados.
De Tita del Valle se conoce menos públicamente, aunque en la zona de la Villa San Cayetano, en San Martín, su nombre circula de la mano del de Horacio “Lala” López, ambos señalados como cabezas del secuestro de Belluscio. Su nombre y su cuerpo. Este cronista fue testigo de un relato en el que se mencionaba a Tita en una anécdota demasiado absurda para una novela policial y demasiado real para una historia de la Bonaerense.
Un abogado de la zona, cuyo nombre no se mencionará, relató esa anécdota real, un mes antes de la detención de Tita, cuando su nombre era tan fantasma como el del Negro Sombra: “Tenía un detenido y había que hacer una rueda de reconocimiento –sostuvo el letrado–. En la brigada me dijeron que no tenían gente así que salí a buscar tipos parecidos al detenido para ubicarlos en la rueda. En una esquina de la Villa San Cayetano, una esquina exterior a la villa, había un grupo de tipos. Entre ellos estaba Tita. Yo estaba muy apurado. No tenía sentido que perdiera el tiempo pidiéndole que me hiciera el favor de presentarse en la rueda como pseudo delincuente”.
–Un absurdo. Lo que menos podría querer Tita es que mientras medio mundo lo está buscando él aparezca en una rueda de presos, pero no como acusado.
–Es lo de menos –respondió en aquel momento el letrado–. No debe tener ningún problema. ¿Acaso piensa que la policía no sabe que está donde está? Todos los vecinos lo conocen y lo ven todos los días. No lo detienen porque por ahora no les conviene. Lo tienen protegido. Lo tienen guardado para dársela cuando más les convenga. Y entonces, le van a encajar todo lo que hizo y todo lo que no hizo.
Ayer, Tita y el Negro Sombra pasaron a ser dos mitos entre los presos.

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La casa del joven Pablo Belluscio, cuando todavía estaba en poder de los secuestradores.
 
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