EL MUNDO › KERRY ENCABEZA TODAS LAS ENCUESTAS DESPUES DEL “ALARIDO DE IOWA”
El caso del Dr. Dean y de Mr. Hyde
El “alarido de Iowa”, con el cual el ex favorito demócrata Howard Dean recibió su derrota en los caucuses del lunes, parece haberlo relegado a un distante segundo puesto detrás de John Kerry rumbo a la crítica primaria de New Hampshire el próximo martes.
Por Andrew Buncombe *
Desde Washington
El candidato demócrata Howard Dean estaba tratando desesperadamente ayer de rearmar su campaña mientras las encuestas mostraban a su rival, John Kerry, surgiendo en la crucial primaria de New Hampshire la semana que viene. Dean se reunió con sus asesores en su hogar en Vermont el miércoles y trazó planes para suavizar sus discursos, parecer más estadista y tratar de superar los efectos negativos de su famoso discurso en Des Moines, al que muchos críticos se están refiriendo como el “alarido de Iowa”.
Varias encuestas dan a Kerry ganador en los caucuses de Iowa, un liderazgo de 19 puntos sobre Dean, y el ex gobernador de Vermont ha decidido tratar de concentrarse más en temas internos, hacer una campaña más tradicional y tratar de apaciguar gran parte de la furiosa retórica que ha sido la marca registrada en su campaña por la nominación. Anoche, como parte de su renovación, él y su mujer médica, que ha estado ostensiblemente ausente de la campaña, debían presentarse para una entrevista televisiva en la hora de mayor audiencia con Dianne Sawyer, de ABC. Pero el ex candidato favorito se enfrenta a una batalla decididamente cuesta arriba si quiere recapturar un impulso que ha sido tomado, junto con algo de su lenguaje político, por Kerry. Mientras los asesores de Dean dicen que mantienen la financiación y organización que les permitiría competir en las siguientes primarias en Carolina del Sur, Missouri y Arizona, sin importar lo que suceda en New Hampshire, la verdad es que si Dean no sale por lo menos segundo en el llamado “estado del granito”, es difícil que su campaña continúe.
Con John Edwards, que salió segundo en Iowa, también ganando terreno en New Hampshire y con el general retirado Wesley Clark pisándole los talones, el médico de Vermont va a necesitar un vuelco total de la suerte para evitar que desaparezca su apoyo. Mucho de esto tiene que ver con el discurso que dio el lunes a la noche en Des Moines, cuando quedó claro que había recibido sólo el 18 por ciento de los votos, ubicándolo en una pobre tercera posición detrás de Kerry y Edwards. Determinado a alentar a sus seguidores, muchos de los cuales habían viajado de otros estados, Dean se arremangó y emitió un apasionado e imprevisto grito de guerra, prometiendo no abandonar. “No sólo vamos a New Hampshire, vamos a Carolina del Sur, Oklahoma, Arizona y Dakota del Norte y Nuevo México y vamos a California y Texas y Nueva York”, gritó. “Y vamos a Dakota del Sur y Oregon y Washington y Michigan y luego iremos a Washington DC y recuperaremos la Casa Blanca. ¡Sííííííííííiiiiiii!.”
Los críticos de Dean, tanto republicanos como demócratas, tomaron el discurso como evidencia del “enojo” del candidato y los canales de cable de TV lo pasaron repetidamente. El sitio web Drudge Report ofreció a los lectores un clip de audio del discurso bajo el titular “Dean se pira”, mientras que la página web de Los Angeles Times fue una de las muchas que incluyó un remix acelerado del discurso de Dean contra un fondo de una banda de música bailable fuerte. Los comediantes David Letterman y Jay Leno ya hicieron del alarido una cortina de su show de la noche.
Dean defendió el discurso diciendo a los periodistas: “Había en esa sala 3500 chicos gritando, que se habían roto el alma por mí en Iowa, todos ellos sacudiendo la bandera de Estados Unidos. Me pareció que se los debía. Debía levantarles el ánimo y estuve encantado de hacerlo”. Pero hay un peligro real para Dean en el sentido de que su discurso se puede convertir en algo que defina su campaña para siempre. Andrew Smith, un científico político de la Universidad de New Hampshire, dijo que el discurso iba a ser comparado al espectáculo del candidato demócrata Edmund Muskie supuestamente llorando en la campaña de 1972 o Bob Dole en 1988 diciéndole a su correligionario republicano George Bush padre que “deje de mentir sobre mis antecedentes”. Otros momentos que han definido las campañas incluyen a Dole cayéndose de la tribuna en su campaña de 1996 contra el “joven” presidente en funciones Bill Clinton y Al Gore cuando se le ordenó darle brillo a su “opaca” campaña presidencial de 2000 besando a su mujer frente a las cámaras.
El discurso fue un regalo para aquellos que declaran que Dean no tiene las cualidades personales que se requieren para la función más alta de la nación. Smith añadió: “Creo que cristalizó muchas de las preocupaciones que los votantes de Iowa, así como nosotros los votantes de New Hampshire, teníamos sobre el potencial carácter de Dean como presidente”. El dilema de Dean es que el enojo y la franqueza que se critica son exactamente las cualidades que atraen a muchos de sus partidarios que dicen que por eso sobresale de los otros candidatos.
Una conversación entre un partidario de Dean y otro de Edwards mientras hacían cola en el aeropuerto de Des Moines el martes a la mañana sintetizó ese dilema. Cuando el partidario de Edwards afirmó que Dean debía calmar su malhumor, el otro le dijo: “Yo estuve ahí anoche. No lo vi de esa manera. Estábamos diciéndole que siguiera”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère