EL MUNDO › POR EL PARO DE DOS DIAS DE LOS TRANSPORTISTAS
A media máquina en Bolivia
La vida en Bolivia transcurría ayer a media marcha a raíz del inicio de un paro nacional de dos días del transporte público contra la desregulación de los precios de los combustibles. La huelga era acatada de manera parcial en las principales ciudades de Bolivia, aunque por temor a represalias los viajes al interior estaban cancelados. Sin embargo, sindicalistas del autotransporte y funcionarios gubernamentales retomaron el diálogo para intentar solucionar la protesta contra la política de precios para los combustibles. Se trata de la primera protesta importante contra la gestión del presidente Carlos Mesa desde que accedió al poder en octubre del año pasado.
Los conductores afiliados a la Confederación Sindical de Choferes de Bolivia abandonaron progresivamente sus labores a partir de la 0 hora local. Pese al paro, los bolivianos buscaron formas alternativas de llegar a sus lugares de trabajo, como bicicletas, vehículos particulares –pagando tarifas hasta cinco veces superiores al precio habitual del pasaje–, o medios de transporte proporcionados por las autoridades, especialmente camiones del ejército. De esta forma, la ciudadanía mostró su rechazo a la huelga general.
La Confederación Sindical de Choferes de Bolivia exige a Mesa que anule varias directrices de su programa económico, lanzado el 1º de febrero, para sacar al país de la grave crisis que atraviesa. Entre otras demandas, reclaman que se anule la propuesta de liberalizar el precio de los combustibles, hasta ahora subvencionados, y la novedosa aplicación de tributos a las transacciones financieras y al patrimonio personal. El paro de transporte fue calificado de “injusto” por el presidente, sobre todo porque se produce “en un momento tan difícil, que exige el sacrificio de todos los bolivianos”. sostuvo el mandatario.
Ayer a la mañana, cuando ya se había iniciado la medida de fuerza, el ministro de la Presidencia, José Galindo, informó que el gobierno había invitado a los sindicalistas del autotransporte a reanudar el diálogo, lo que fue aceptado por los choferes después de recibir una carta firmada por el propio Mesa.