EL MUNDO › EL FAVORITO DEMOCRATA SIGUE GANANDO Y W. CAE MAS
Kerry ya conquista el Oeste
Los demócratas de Nevada, un estado conservador del oeste norteamericano, y de Washington D.C., la capital federal norteamericana, dieron su voto ayer al favorito John Forbes Kerry, que se afianza mientras George W. Bush se hunde en las encuestas.
La campaña para la reelección del presidente George W. Bush atraviesa una zona de turbulencia con sondeos que lo ubican en caída libre frente al demócrata John Kerry, que viene viento en popa y ayer se anotó dos nuevos puntos al ganar las internas demócratas en el estado de Nevada y en Washington D.C., la capital federal de Estados Unidos. Casi con la certeza de que ganará la postulación en la Convención Nacional del Partido Demócrata de julio, Kerry dijo estar listo para enfrentar la ofensiva de los republicanos, que disponen de 130 millones de dólares para costear la campaña de Bush.
Los últimos sondeos muestran a Bush con problemas para mantenerse a flote, mientras que nada parece detener, al menos en esta etapa de la campaña, los progresos del senador por Massachusetts. Según una encuesta del Washington Post y la cadena ABC News, 52 por ciento de los norteamericanos interrogados votaría a Kerry, mientras que 43 por ciento lo haría por Bush. Incluso la honestidad de Bush está cuestionada, ya que sólo un 52 por ciento considera que es “digno de confianza”, lo que representa una caída de siete puntos en relación con una encuesta similar realizada en octubre y de 19 puntos respecto a mediados de 2002. La cuestión de las armas de destrucción masiva (ADM), motivo invocado por Bush para intervenir militarmente en Irak, está, sin dudas, detrás de esta caída de la popularidad. A las inencontrables ADM se agrega el caso no menos delicado del servicio militar del presidente, acusado por los demócratas de haber eludido sus obligaciones entre 1972 y 1973, evitando así tener que alistarse para ir a la guerra en Vietnam. Para un presidente que se presenta a sí mismo como el “comandante en jefe de un país en guerra” contra el terrorismo, esta “mancha” en su biografía puso a la Casa Blanca a la defensiva.
El contraste entre un Bush “bien relacionado”, según la terminología de los demócratas, y las numerosas medallas ganadas en combate por John Kerry es sorprendente. La presidencia estadounidense denunció esta semana una “política sucia” y resucitó documentos oficiales –facturas de sueldos incluidas–, que supuestamente demuestran la buena conducta de Bush durante ese período. La duda también asalta a los conservadores. Bill O’Reilly, un periodista estrella de Fox News particularmente crítico de los demócratas, se dijo “mucho más escéptico hoy respecto a la administración Bush” que antes de que se desencadenara la guerra en Irak. Bob Novak, otro conservador, estimó el jueves en The Washington Post que el presidente está “políticamente contra las cuerdas” y dijo que temía una derrota de Bush el 2 de noviembre. Todo ello mientras Kerry no deja de acumular victorias en su carrera por la nominación demócrata.
Una pequeña sombra pareció vislumbrarse en el horizonte de Kerry cuando un sitio de Internet –el Drudge Report– informó de un vínculo extramarital que Kerry habría mantenido durante dos años con una mujer a partir de 2001. Pero Kerry dijo que estaba “al corriente” de la versión, que no tenía “nada para decir” y que no estaba “preocupado por ello”.