EL MUNDO
Cuando la ampliación de la OTAN al este europeo interesa a W.
La Alianza Atlántica incorporó ayer formalmente a Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Lituania, Letonia y Rumania. Para el Pentágono, es estratégico ubicarse en esos territorios.
Por Javier del Pino*
Desde Washington
La Casa Blanca se convirtió ayer en el escenario perfecto para lo que muchos consideran una paradoja de la historia: el ingreso en la OTAN de siete países del antiguo bloque soviético. Los siete máximos representantes políticos de esos territorios entregaron ayer al presidente de EE.UU., George W. Bush, sus documentos de admisión a la Alianza, el trámite que formalizaba su ingreso en la organización militar. Bajo la mirada reticente de Rusia, otros tres países de alto interés estratégico para EE.UU. (Albania, Croacia y Macedonia) esperan recibir a corto plazo una invitación de entrada.
La OTAN quedó ayer ampliada de 19 a 26 miembros con el acceso formal de los últimos siete socios: Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Lituania, Letonia y Rumania. Aunque la ceremonia diplomática celebrada ayer en la Casa Blanca marca formalmente el ingreso de estos gobiernos en la Alianza Atlántica, el próximo viernes habrá una segunda celebración en la sede central de la OTAN en Bruselas, con la izada de banderas de los nuevos países miembro. A través de un comunicado, el gobierno de EE.UU. destacó el significado de esta expansión “de cara a los nuevos retos del siglo XXI”. “El ingreso de estos siete países en la OTAN”, asegura el texto, “permitirá el avance de la libertad y el reforzamiento de la Alianza Atlántica, pilar central de las relaciones transatlánticas”.
La Casa Blanca no pudo evitar relacionar la ceremonia con sus propios intereses militares al agradecer que “estas democracias del centro y del este de Europa hayan actuado ya como aliados, con su solidaridad y sus acciones, en la guerra contra el terrorismo, y hayan ayudado a fortalecer la paz y la democracia en Afganistán y en Irak”. El presidente Bush afirmó que el terrorismo no conseguirá dividir a los países miembro de la OTAN: “Nuestra Alianza hace frente a un nuevo enemigo que ha provocado la muerte de inocentes de Nueva York a Madrid”. Agregó que “la puerta de la OTAN permanecerá abierta hasta que toda Europa sea unida, libre y en paz. Como testigos de uno de los grandes crímenes del siglo pasado, nuestros nuevos miembros aportan una nueva claridad a los objetivos de nuestra alianza”.
Indudablemente, los 55 años de historia de la OTAN tenían ayer un punto de inflexión con el acceso a la organización de siete estados que estuvieron sometidos durante décadas al influjo del comunismo contra el que se gestó la creación de la Alianza Atlántica, a la que acaban de acceder.
Es especialmente significativa la entrada de las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) que en su pasado reciente estaban integradas en la antigua URSS. Todos los nuevos socios interpretan, sin duda, su ingreso en la Alianza Atlántica como la ceremonia que confirma su transformación hacia la democracia y el libre mercado. Aviones de la OTAN vigilarán a partir de ahora el espacio aéreo de esas tres antiguas repúblicas soviéticas. El bloque militar occidental ha enviado un mensaje tranquilizador a Moscú de que la medida no es una amenaza contra Rusia, muy crítica y recelosa de la ampliación, sino por la necesidad de facilitar protección a esos países y a Eslovenia, que carecen de aviación militar propia.
El Pentágono no esconde su interés estratégico por situarse de inmediato en alguno de los nuevos territorios. En particular, Rumania y Bulgaria poseen bases militares a las que EE.UU. desea acceder de manera inmediata. Ambos países son los que han mostrado mayor entusiasmo por entrar en la OTAN.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.