EL MUNDO › SITUACION CONFUSA EN FALUJA, MAS BAJAS Y UN CONTRATISTA LIBRE
Un rehén se escapó en el caótico Irak
Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad
Al menos 11 soldados norteamericanos fueron muertos durante el fin de semana, seis ayer en diversos ataques en la periferia de la ciudad chiíta de Amara, en Kirkuk y en Al Anbar, por presuntos milicianos del clérigo chiíta radical Muqtada al Sadr. Como una noticia consuelo de los últimos días para la coalición fue el retorno de un contratista norteamericano. El camionero estadounidense Thomas Hamill, capturado hace tres semanas por los insurgentes iraquíes, que habían emboscado su convoy, escapó de una casa en la estaba secuestrado y fue llevado por una patrulla aliada.
Hamill, un campesino de 43 años oriundo de Mississippi, fue uno de los rehenes que aparecieron en una imagen grabada con sus captores armados y encapuchados detrás, según divulgaron las emisoras. Estuvo cautivo en una casa al sur de Tikrit, a una distancia media de Abu Ghurayb, donde fue tomado rehén el 9 de abril.
Dos soldados murieron por la madrugada durante un ataque en el noroeste de la capital, hecho en el que un civil y dos miembros de defensa civil iraquí (ICDC) resultaron heridos. Otros dos soldados fueron hallados sin vida después de un ataque lanzado por la resistencia ayer con misiles antitanques y armas ligeras en la ciudad de Amara, ubicada a 365 kilómetros al sur de Bagdad. Según informaciones, los dos militares caídos entre Amara y Basora fueron atacados ayer cuando se desplazaban en un vehículo por una ruta que conduce a los suburbios de la ciudad. En tanto, en una calle de Kirkuk, al norte del país, otro soldado estadounidense perdió la vida en un atentado de la resistencia.
Seis militares estadounidenses murieron ayer como consecuencia de un ataque con disparos de morteros de la resistencia, informaron fuentes militares de la coalición. El ataque fue reportado en la provincia de Al Anbar, en cuya jurisdicción se encuentran las ciudades de Faluja y Ramadi, que forman parte del triángulo sunnita del oeste de Irak.
El fracaso de las tropas norteamericanas de terminar con la insurgencia en Faluja, a pesar del sitio de tres semanas, es visto por muchos iraquíes como una derrota de la fuerza de ocupación. Los generales estadounidenses trataban ayer de establecer el rol de Jassim Mohammed Saleh, un general de la Guardia Republicana del antiguo ejército iraquí, cuyos 1100 hombres, vestidos con uniformes de las fuerzas de Saddam Hussein, han comenzado a controlar la ciudad. El general Saleh, cuyas fuerzas han sido denominadas el 1er Batallón de la Brigada de Faluja, disgustaron a los norteamericanos al decir que no había combatientes extranjeros en Faluja –que contradice el reclamo, hecho hace tiempo por los voceros de la ocupación, de que la insurgencia tiene apoyos de extranjeros–.
“El 15-20 por ciento de las guerrillas en Faluja son extranjeros”, dijo un oficial en Bagdad. Los comandantes estadounidenses esperan que el general Saleh arreste a los combatientes foráneos y confisque sus armas. Si no lo hace, están preparados para marchar dentro de Faluja. Pero ese accionar probablemente desemboque en levantamientos en otras partes.
Las recientes muestras de torturas de los efectivos de la coalición con los prisioneros iraquíes llegó justo en el momento en que un gran número de civiles fueron muertos en Faluja en los combates y bombardeos de la pasada semana. Los iraquíes expresaron enojo pero ningún asombro. “Imagino que peores cosas van a venir” dijo Abu Hashem, un ingeniero, en alusión directa a las fotos de los detenidos iraquíes desnudos maltratados por los soldados norteamericanos en la prisión de Abu Graib. “Dijeron que eran libertadores pero de hecho son fuerzas de ocupación”, agregó.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.