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Soldados de Estados Unidos y fuerzas de seguridad iraquíes tomaron el control del centro de Najaf, hasta ahora plaza fuerte de las milicias rebeldes chiítas. Los seguidores del clérigo radical Muqtada Al Sadr retrocedieron y ahora se refugian en el mausoleo de Alí, un verdadero Vaticano chiíta. En un intento desesperado de buscar una salida pacífica, el primer ministro iraquí, Ayad Allawi, reiteró su llamamiento a Al Sadr para que depusiera las armas y se integrara en el proceso político iraquí. Además, envió a su consejero de Seguridad a Najaf para mediar en el conflicto. Previamente, un ataque contra la delegación del clérigo en la ciudad de Kut había dejado al menos 75 muertos. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una resolución que extiende por otro año el mandato de su Misión de Asistencia en Irak, creada el 14 de agosto del año pasado.
En un comunicado leído en Bagdad por el ministro del interior, Falah al Nakib, Allawi volvió a instar a Al Sadr a que detenga la revuelta y “deponga las armas”, comenzando por “abandonar el mausoleo de Alí” en Najaf. El comunicado anuncia que, si Al Sadr no detiene lo que ha calificado de “complot contra el pueblo iraquí”, las operaciones militares de las fuerzas estadounidenses, apoyadas por las iraquíes, continuarán hasta que el Ejército del Mehdi abandone Najaf. “No se trata de una operación de represión”, dice Allawi en el comunicado, “los milicianos han violado la ley al atrincherarse en el mausoleo”. Sin embargo, precisó el ministro que serán iraquíes y no “una fuerza extrajera” los que entren en el lugar santo. Además, reiteró la invitación que le hizo la semana pasada para que se una al proceso político del que debe salir un nuevo gobierno plenamente iraquí y que participe en las elecciones del año que viene y en la conferencia política del mes próximo. “El proceso político está abierto a todos y todos están invitados a participar en él”, declaró el ministro.
Los combates que se libran en Najaf son parte de la operación de asalto a los reductos rebeldes, confirmaron fuentes militares de Estados Unidos. Los marines disparan sin cesar con sus tanques y ametralladores contra el centro de Najaf, donde están atrincheradas las milicias del clérigo radical Al Sadr. Dos helicópteros estadounidenses apoyan a los marines y sobrevuelan el cementerio local, convertido en base de los insurgentes del Ejército de Mehdi, la milicia de Al Sadr.
“La gran operación para destruir esa milicia comenzó.” Con esas palabras anunciaba en la mañana de ayer un portavoz del Cuarto Regimiento del Primer Batallón de Infantería de Marina de Estados Unidos que los marines habían lanzado la ofensiva varias veces anunciada para recuperar la ciudad. Cientos de personas huyeron de la localidad alertadas por un mensaje leído por megáfonos en las calles de Najaf, al tiempo que los militares trataban de impedir que nadie entrara en la ciudad para evitar que los combatientes recibieran refuerzos.
Tras varias horas de intensos combates, los soldados estadounidenses consiguieron controlar el centro de la ciudad santa, al tiempo que los rebeldes se refugiaron en el mausoleo de Alí, el lugar más sagrado de los chiítas. Un general citado por la agencia Reuters aseguró que ese recinto, en el que hay una mezquita y un cementerio, no será atacado. Aun así, los militares bloquearon todos sus accesos.
Najaf no fue el único lugar donde se combatió ayer. Al menos 165 personas murieron y 600 resultaron heridas en las últimas 24 horas en Irak, según informó el Ministerio de Sanidad. En Kut, al sur de Bagdad, al menos 75 personas murieron y 148 resultaron heridas en un ataque aéreo efectuado por aviones de las fuerzas de Estados Unidos. El bombardeo se produjo en el distrito de Al Sakhia, al sur de Kut, ciudad en la que durante los últimos días también se han producido enfrentamientos. Al menos dos miembros de la Guardia Nacional iraquí y tres policías perdieron la vida en Kut durante enfrentamientos con miembros del Ejército del Mehdi, encabezado por Al Sadr. Los combates causaron también 14 muertos en Amaray siete en Diwaniya, una ciudad chiíta a pocos kilómetros al este de Najaf, según la misma fuente. La mayoría de los enfrentamientos ocurrieron en ciudades con mayoría chiíta.