EL MUNDO › CHAVEZ SE DEFINIO COMO UN “PERONISTA AL ESTILO KIRCHNER”
Un “peronista” que quiere ganar
En una conferencia de prensa de tres horas y media dijo que va a ganar el referéndum del domingo, que está leyendo a Evita, que no exporta su revolución y que los medios venezolanos son parciales. Sus planes hacia la oposición después del voto.
Por Luis Bruschtein
“Yo me considero un peronista al estilo Kirchner”, afirmó un exultante Hugo Chávez ante casi 300 periodistas locales y de todo el mundo. “Y evitista más. Ahora que estoy leyendo los discursos de esa mujer, qué fuerza, qué decisión tenía esa mujer.” Chávez ofreció una conferencia de prensa pocos minutos antes de que la oposición y el oficialismo cerraran sus campañas para el referéndum del domingo. El carismático presidente de Venezuela se mostró optimista al asegurar que con los últimos datos que tiene el gobierno “es inevitable nuestra victoria este domingo” y leyó varios cables con noticias de los diarios financieros de Estados Unidos para dar a entender que hasta Washington y los centros de poder comercial y financiero se han resignado a aceptar que es preferible su triunfo para la estabilidad del mercado petrolero mundial.
La referencia al presidente argentino surgió cuando le preguntaron por las denuncias de que Chávez pretendía exportar la revolución bolivariana a otros países. “Repito que no tenemos la intención de exportar nuestra revolución a ninguna parte”, afirmó. “Todo eso se fue formando por el despertar de los pueblos, como estalló en la Argentina, que expulsó a De la Rúa y cómo llegó Duhalde y cómo llegó Kirchner, que está instalando allí un proyecto nacional y latinoamericano. Eso no lo exportamos, así como llegó Néstor Kirchner, llegó el movimiento indígena en Ecuador o en Bolivia.”
Cuando le preguntaron por sus aliados en el plano internacional, señaló que “más allá de las orientaciones políticas de cada uno, todos saben mi cercanía ideológica con Lula, desde que nos conocimos en el Foro de Sao Paulo, antes de que se convirtiera en el presidente de su país. Y todos saben de mi acercamiento con el presidente Néstor Kirchner, ahora que lo he conocido”. Chávez también resaltó las alianzas estratégicas con Rusia, China y los países que integran la OPEP, incluyendo a México. La mención a Cuba, uno de los caballitos de batalla usados por la oposición para denunciar una “cubanización de Venezuela”, fue hecha al definirla como “un importante aliado en el Caribe”.
Con estilo verborrágico, irónico y punzante, Chávez habló tres horas y media, lanzó varias chanzas contra la oposición, a la que definió como “descoordinada y subdemocrática”, y criticó a los medios locales por su evidente parcialidad. Dos días antes del referéndum, el tono de Chávez fue parte de la acentuada polarización política que se vive en este país, donde oficialistas y opositores no reconocen ni aceptan espacios comunes, lo cual genera una tensión que difícilmente pueda sostenerse mucho tiempo.
“Ellos dicen: ‘Chávez llegó y dividió al país’. Qué fácil es ver las cosas así. El país ya estaba dividido desde mucho antes y nosotros lo que queremos es integrarlo”, comentó el mandatario.
Caracas está inundada de propaganda para el referéndum. Los que quieren que Chávez se vaya votarán por el Sí y los que lo apoyan votarán por el No. Las últimas encuestas, a las que el presidente hizo referencia, dan como ganador al oficialismo, aunque la oposición, en la que están alineados los partidos históricos, incluyendo a algunos sectores de izquierda, ha jugado todas sus cartas a la derrota del chavismo.
En la calle no hay medias tintas. Están a favor o en contra sin matices y muchos tienen sus gorras y sus pines que exhiben cuando se les pregunta por quién votarán. En la conferencia de prensa en el Palacio Presidencial de Miraflores, los periodistas locales dejaban entrever abiertamente sus preferencias en sus preguntas o en comentarios a media voz cuando hablaba Chávez. Este incluso se negó a responder preguntas que se basaran en información publicada en los medios locales. “Hay mucha historia en Venezuela como para dudar de lo que publican los medios –respondió conirritación a una pregunta sobre presuntas declaraciones de un general sobre el referéndum–, ojalá podamos ingresar en un futuro a una época donde se respete la ética periodística, porque después, cuando protesto, las empresas le echan la culpa al periodista. Espero que en el futuro los medios de información dejen de ser oposición y se dediquen a informar. No me molesta la crítica. Muchas veces leo Ultimas Noticias (un diario crítico de izquierda), muchas veces me ha ayudado para cambiar cosas mal hechas o hacer cosas que no se habían hecho. Pero si leo El Nacional (el diario más tradicional), ya no le hago caso ¿para qué? Si viene envenenado y todo lo que dice está forzado o inventado.” Y se quejó de que “esa alianza que han hecho los grandes medios han dicho de todo en contra mía, han denigrado a mis colaboradores, se han metido hasta con mi familia, han hecho hasta telenovelas para denigrarnos, pero este domingo quedará demostrado que han fracasado”.
Lo cierto es que durante toda la conferencia de prensa expresó su convencimiento de que este domingo ganará la votación. Sólo en un momento, y ante una pregunta, afirmó que “si pierdo el referéndum, ese mismo día entrego la Presidencia a José Vicente Rangel (el vicepresidente) y me retiraré a reflexionar, a ver qué hago, porque no hay que olvidar que al mes siguiente habrá una elección presidencial”. Esa pequeña frase fue la que difundió la mayoría de los medios locales, como si estuviera reconociendo su derrota.
Por su parte, tampoco ahorró artillería pesada contra sus opositores. “Este domingo –dijo– el verdadero derrotado en la votación será el gobierno de George W. Bush, porque esta oposición tiene un jefe, un amo, que se llama George Bush, lo digo porque tenemos pruebas de cómo han financiado a la oposición, ellos mismos lo han reconocido en forma pública. Por eso, la verdadera discusión de este domingo es si Venezuela sigue siendo una Nación o si se vuelve a convertir en una colonia de Washington.” Y recordó que “ayer mismo el señor Colin Powell (secretario de Estado) afirmó que reconocerían el resultado de la votación sólo si... Y yo me pregunto quiénes son ellos para poner condiciones, porque Venezuela es un país independiente con instituciones propias”.
Le preguntaron también sobre un supuesto plan de la CIA para realizar un atentado en su contra si ganaba el referéndum y respondió que no tenía conocimiento sobre un hecho así, y se refirió a la desmentida chilena sobre una información periodística que señalaba que se había instalado en ese país una base de la CIA para monitorear acciones contra el gobierno venezolano. “La CIA promovió el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, promovió la invasión de Guatemala en 1954 para derrocar a Jacobo Arbenz y la invasión a Santo Domingo contra Juan Bosch. Y por sus actividades pedimos que se retirara de Fuerte Tiuna a los efectivos militares que allí tenía Estados Unidos porque trataban de comprar militares venezolanos para hacerlos golpistas. La CIA se metió hasta las entrañas en el Panamá de Torrijos y estuvo en Centroamérica y aquí en Venezuela. Pero así como Superman y Batman han perdido prestigio, y Robin más aún, la CIA también lo hizo. Tenemos pruebas de su participación en el golpe del 2001, e incluso del gobierno español anterior.” Con respecto al futuro afirmó que “uno no espera nada de Washington, ellos no se rectifican, como pasa ahora en Irak. Hay una casta allí que arremete contra el mundo y contra nosotros”.
Además de los periodistas que han llegado para cubrir el referéndum del domingo, ayer seguían llegando también los observadores internacionales, desde el ex presidente norteamericano James Carter y Hebe de Bonafini, hasta los ex presidentes argentinos Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde. Chávez aseguró que la votación será “la más limpia y transparente en la historia de Venezuela” y expresó su compromiso a recibir el martes a los dirigentes de la oposición que “reconozcan con dignidad su derrota”. Estas palabras hacen referencia al mayor interrogante que abre la situaciónpolítica. Porque tanto de un lado como del otro desconfían de la capacidad de sus oponentes para aceptar una derrota.