EL MUNDO › LIBERARON A 31 REHENES, PERO LA CIFRA TOTAL DE CAPTURADOS PODRIA LLEGAR A LOS 1000

Así se aprende a conocer qué es el terror

El presidente ruso, Vladimir Putin, se comprometió ayer a preservar la vida y la salud de los rehenes apresados en la escuela de Osetia del Norte, cuyo número fue estimado oficialmente en 354 pero que los locales piensan que podría llegar a 1000. 31 mujeres y niños fueron liberados.

Por Andrew Osborn *
Desde Beslán

Por lo menos 350 rehenes, muchos de ellos niños, estaban atrapados ayer dentro de una escuela en el sur de Rusia por segunda noche consecutiva, a merced de un grupo de hombres fuertemente armados, predominantemente chechenos. A pesar de las declaraciones oficiales de que seguían las negociaciones, el día estuvo marcado por fuertes explosiones y disparos esporádicos, mientras los secuestradores dejaban en claro que no estaban con ánimo de ceder. Los granadas lanzadas con misiles salían por las ventanas de la escuela a la menor señal de cualquier movimiento de las fuerzas especiales rusas y los disparos se podían oír en el atardecer.
Funcionarios dijeron a la mañana que 354 personas estaban dentro de la escuela como rehenes, pero los locales dijeron que la cifra real probablemente fuera más alta y podía llegar a 1000 personas. Hubo, sin embargo, cierta esperanza ayer, cuando un grupo de mujeres y niños fueron liberados después de que los negociadores apelaran a la compasión de los hombres armados. Pero antes de liberar a los rehenes, los combatientes adentro rechazaron varios ofrecimientos, incluyendo la salida de la ciudad a salvo. Se cree que unos 31 rehenes fueron liberados. Entre estos había tres bebés de menos de un año.
Vladimir Putin, el presidente ruso, prometió hacer todo lo posible para salvar las vidas de los rehenes. En su primera declaración pública desde la toma de la escuela, el miércoles a la mañana, en el primer día de clases, Putin declaró: “Nuestra tarea principal es, por supuesto, salvar la vida y la salud de aquellos tomados como rehenes”. Arsen Kambolov, cuya cuñada y sobrino se encontraban entre los liberados, dijo: “Los terroristas hablaban en ingushe y, según mi cuñada, por lo menos dos mujeres terroristas ya se suicidaron”. “Es el primer éxito que tenemos y esperamos poder construir sobre él. Por favor tengan fe en nosotros y no abandonen”, le dijo Lev Dzugayev, un vocero de la administración presidencial de Osetia del Norte, a una multitud furiosa que seguía las liberaciones.
“Hemos juntado comida y agua, pero no es posible entregársela a los rehenes. La información que tenemos es que los niños están en condiciones satisfactorias.” Dzugayev dijo que las liberaciones sucedieron después de las negociaciones lideradas por Ruslan Aushev, un veterano de la guerra de la URSS en Afganistán y ex presidente de la vecina república de Ingushetia, una figura respetada en la problemática región del Cáucaso ruso. El importante pediatra ruso Leonid Roshal, que ayudó a los rehenes durante la mortal toma del teatro de Moscú por los terroristas chechenos en octubre de 2002, también estaba entre los negociadores. Anoche dijo que su contacto con los secuestradores era un hombre que se hacía llamar “algo así como Shai Khu” y se identificaba como su encargado de prensa.
Roshal dijo que su interlocutor se llamaba a sí mismo un “montañés”, aparentemente una referencia a uno de los grupos étnicos que viven en las montañas en la región del norte del Cáucaso, que incluye Chechenia y otras inestables repúblicas rusas, la mayoría musulmanas. Dzugayev dijo que los hombres armados han sido vagos en cuanto a sus exigencias, y se supo que un video lanzado ayer por una de las ventanas de la escuela que supuestamente tenía un detalle de las exigencias estaba en realidad en blanco.
“Lamentablemente no podemos decir que sus exigencias estén claramente formuladas”, dijo. “Es muy extraño. No queremos hacer nada para complicar la situación.” Las negociaciones aparentemente seguían, pero eran breves y muy unilaterales. Cuando se le preguntó qué les habían dicho los hombres armados a las autoridades federales, dijo: “Sólo dicen ‘Compórtense y nadie resultará muerto’, pero abren fuego ante cualquier intento de acercarse a la escuela. Por nuestro lado, tenemos orden de no contestar el fuego”. Funcionarios pidieron a los medios de comunicación que fueran respetuosos con los familiares de los rehenes, que visiblemente han comenzado a quebrarse. Marina Tsegarayeva, una mujer cuya madre, hermano y cuñada estaban en la escuela, dijo que ella era pesimista. “Hay demasiada gente allí y deben estar sufriendo. Por Dios, ¿por qué no los dejan salir?” Las explosiones sacudieron la ciudad ayer por la tarde, cuando los terroristas lanzaron granadas hacia un automóvil estacionado, convirtiéndolo en una bola de fuego.
Hay dudas sobre el número de muertos, que inicialmente eran siete, cuando los civiles informaron haber visto por lo menos un cadáver sobre el pasto en la parte posterior de la escuela. Según un informe, 16 personas habían muerto, doce dentro de la escuela, dos que murieron en el hospital y otros dos cuyos cuerpos estaban todavía afuera de la escuela, y 13 heridos. Uno de los muertos era el padre de un alumno que trató de resistir a los atacantes. En otro informe, Kazbek Dzantiyev, ministro de Interior de Osetia del Norte, dijo a la agencia ITAR-Tass que habían muerto 12 personas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Una mujer osetia carga a su hijo durante la liberación de 26 rehenes de la escuela de Beslán.
 
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