ECONOMíA › EL BCRA DIFUNDIRA UN RANKING DE PRONOSTICADORES
Prat-Gay estrena su gurúmetro
Por Julio Nudler
Adrenalina en la city. Nervios, ansiedad. El Banco Central se apresta a subir a su sitio de Internet el primer medallero del REM, ese relevamiento de expectativas de mercado iniciado en enero 2004, adonde vuelcan sus pronósticos de corto y mediano plazo un total de 59 bancos, consultoras, fundaciones, centros y universidades. El acontecimiento tendrá lugar, en principio, en algún momento a partir del lunes. Según informaciones filtradas “desde dentro”, el mejor palmarés habría correspondido, después de siete meses de aportar pálpitos sobre tasas, inflación y otras obsesiones, a Bein y Asociados, consultora del en realidad solitario Miguel Bein, y al Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), perteneciente a la Bolsa de Comercio.
De la puja participan pesos pesado como Fiel, Ecolatina, Fundación Capital o Ieral (de Fundación Mediterránea) –nombres asociados a Ricardo López Murphy, Roberto Lavagna, Martín Redrado y Domingo Cavallo, respectivamente–, y conocidas consultoras como Broda, Alpha, Exante, Espert y Macroeconomía. Hay por cierto ausencias notables, como las de Carlos Melconian o el CEMA, que estas vísperas se ven liberados de la angustiosa incertidumbre que se apodera de los respondentes. Catorce serán las variables sobre las cuales esta vez el Central revelará, en orden de acierto, los cinco mejores gurúes. Nada dirá respecto de quienes ocupen del sexto puesto hacia atrás, ocultándolos tras un piadoso velo informativo.
Esto significa que el público dispondrá de 70 datos concretos: las cinco mejores bolas de cristal respecto de 14 indicadores. ¿Podrá construirse en base a esa información un ranking general? En el BCRA lo descartan. Alegan que no es posible porque ello exigiría otorgar puntuaciones al primer puesto, al segundo, etc., variable por variable, y además decidir cómo ponderar cada una de ellas, ya que no consideran que sean todas igualmente dificultosas de pronosticar. Por añadidura, muchos participantes han elegido contestar sólo respecto de algunas.
A pesar de estas dificultades metodológicas, que otros minimizan, ayer se juzgaba oficiosamente que, de elaborarse un ranking general, el IAMC y Bein lo encabezarían, con gran ventaja sobre los restantes. De todas formas, una vez que se conozca la información, cada cual podrá volcarla al o los modelos que prefiera y extraer sus conclusiones, e incluso cruzar diversas alternativas para ver quién da mejor en todas. Hasta ahora, el BCRA sólo le informó a cada uno la ubicación que logró en cada indicador, pero el adivino ignora la suerte que corrieron los demás.
Obviamente, quien en ninguno figuró entre los cinco primeros sabe que, al menos esta vez, no subirá a ningún podio. Y quizá se pregunte para qué haberse expuesto a esta competencia, que puede mellar más de un presunto prestigio. Otros se frotan las manos esperando algunos divertidos bloopers o papelones. En realidad, la mayoría de los economistas clarividentes equivocaron estrepitosamente sus previsiones en los últimos años, aunque esto no les impide seguir pontificando desde ciertos medios. Son como burreros que no escarmientan.
Anticipar el valor de algunas variables es particularmente complicado porque puede depender de decisiones discrecionales de Economía o el Banco Central. Por ejemplo, la tasa de las Lebac al último día del mes, o el nivel de las reservas (variable que no integrará el lote en esta ocasión). Para sobresalir en relación a un indicador entre el medio centenar de ludópatas basta ostentar un buen puesto en tres de los seis meses, aunque en los restantes se haya pateado a la tribuna. Lo que se nota es una marcada volatilidad: el mismo consultor que un mes lidera el ranking, al siguiente entra en el lugar 17 ó 25. Pero cada uno debe perseverar. Todo sea por la convergencia de las expectativas y el inflation targeting.
La fórmula para el éxito es sencilla: tener un buen diagnóstico de la macroeconomía, y dar en la diana de un ramillete de indicadores clave. Eso permite, además de posar sobre el podio del REM, enriquecerse, porque en esta economía el dinero se hace pronosticando.