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Si el fiscal Alejandro Molina Pico se sacude la parsimonia de encima, esta misma mañana a las 9 y media podría frenarse una maniobra denunciada anoche a Página/12: el gerente financiero de la empresa Ciccone Calcográfica ofreció por cuerda privada un arreglo distinto de la oferta general a uno de los acreedores, Norberto Crespo. Como la diferenciación está prohibida por la ley, y más aún cuando se realiza de manera irregular, Crespo realizó una denuncia penal ante la Justicia por apología del delito, asociación ilícita, flagrancia y defraudación al fisco.
La querella es contra Héctor Ciccone, Nicolás Tadeo Ciccone, titulares de la empresa; contra Mario Verdún, gerente general, y contra Daniel Reyes, gerente financiero.
En su denuncia, Crespo dijo que el 10 de agosto Reyes lo invitó a una reunión “porque tenía algo que comentarme”. Como Reyes le hizo “ciertas infidencias con respecto al manejo que tenía él y el señor Mario Luis Verdún del concurso preventivo presentado por la firma Ciccone Calcográfica SA, que tramita por el Juzgado de Primera Instancia en lo Comercial N8, Secretaría 15”. Una de las infidencias fue, según la denuncia penal, “que había coimeado al síndico del concurso para que les diera por inadmisibles una cantidad muy importante de dinero de los acreedores del concurso preventivo, dentro de los que me incluyo, y un montón de maniobras ilícitas de las que iba a ser víctima si no me cuidaba”.
Crespo dijo al juez que durante unos días “no pude conciliar el sueño debido al estado de nerviosismo y desazón con me había dejado esa persona”.
La deuda de Ciccone con la empresa de Crespo, la transportadora de personal Blue Arrow, era de 238 mil pesos. El síndico del concurso de Ciccone recomendó pagar, de esa cifra, 68 mil. En el expediente Ciccone ofreció pagar el 40 por ciento a diez años.
El 21 de agosto se realizó una nueva reunión. Pero en la oficina de los Crespo. Y Reyes fue filmado. La grabación, dijo Norberto Crespo, “está a disposición del juzgado”.
La maniobra sería la siguiente:
- Los acreedores más importantes de Ciccone son la AFIP, IBM, la firma francesa Sagem y el banco Société Générale.
- La AFIP no puede votar en el concurso de acreedores por razones legales. Debe autoexcluirse.
- Las empresas grandes no votan porque formaron fideicomisos. No pueden estar en fideicomiso y votar al mismo tiempo.
- Así, pasan a ser importantes los acreedores chicos, como Blue Arrow.
- Conseguir el favor de los chicos equivaldría a obtener luz verde para el concurso.
- La forma de conseguir lo anterior consistiría en propuestas diferenciadas, en muchos casos inventando un crédito para terceros o un testaferro.
El juzgado de instrucción número 39, que recibió la denuncia, envió el tema al fiscal federal Molina Pico, por si había delitos de alcance nacional.
Ayer a la tarde Crespo fue con su hermano Rubén a entrevistarse con el fiscal. Le explicaron la premura del caso y le dijeron que la asamblea informativa era inminente, pero el fiscal no mostró nerviosismo ni desazón.
–Tengo mucho trabajo –dijo–. Vengan el martes a ratificar la denuncia.
Los Crespo tenían a cuestas una de las copias de la filmación a Reyes. Igual que otros como la coima ofrecida por una prestadora del PAMI, registrada hace dos semanas por el programa Puntodoc, el documento quedará como otra muestra clave del intento de eternizar la impunidad. El fiscal no pudo ver algunas escenas que obviamente invalidan cualquier decisión que pueda llegar a tomarse esta mañana en Diagonal Roque Sáenz Peña 1211, séptimo piso, en el juzgado de Atilio González.
En un momento, Reyes explica que ofrece “el 20 por ciento, pero en cash”, contra el 40 a plazos. “El 20 por ciento son 14 lucas, pero todo junto”, entusiasmó.
“El error que cometieron fue cagar a cierta gente”, dijo Reyes sobre los Ciccone, para hacerse amigo de los Crespo. “La empresa no llegó a un concurso ex profeso. Los quilombos eran reales. Quizás en lugar de orientarlo a garcar grandes números...”, deslizó antes de una interrupción.
–Pero es plata negra –le dijo un Crespo para hacerlo hablar.
–Puede ser negra o blanca –contestó Reyes–. Consigo un tercero que compre tu crédito. Vos firmaste la propuesta, recibiste la guita y firmás una cesión del crédito.
Después explicaría que se trata de dos operaciones distintas, en distintas escribanías, y da los nombres. La Justicia los tiene a disposición, puestos por Blue Arrow, cuando quiera empezar su trabajo.
–¿Quién es el que maneja?
–Mario les consulta a los Ciccone –dijo Reyes hablando de Verdún–. En algunas reuniones Verdún cerró per se.
Y explicó que el porcentaje de lo que se pagaba por vía privada podía aumentar si el voto del acreedor fuese necesario para asegurar la mayoría.
–Si conseguís a los que pueden votar, jodés a los que no votan –preguntaron-afirmaron los Crespo.
–Exacto –dijo Reyes conforme de haber sido didáctico.
Luego se reiría imaginando el futuro (o el pasado):
–Cagar a la AFIP, ya está. Cagar a Sagem ya está. Cagar a IBM, ya está. Cagar al Societé, ya está.
La AFIP, que representa el interés de los ciudadanos, reclama a Ciccone 255 millones de pesos.
Los Crespo dijeron a Reyes que la propuesta era “delictiva”. Y que un acreedor de los grandes se molestaría con ellos al descubrir el sistema de testaferros.
–Primero habrá que probar que hay un solo testaferro. Si vos tenés el tema atomizado...
Con lógica, luego uno de los Crespo dijo a Reyes que así “indirectamente estoy cagando a todos”. Y concluyó que sería “cómplice”.
Reyes dio una clase de ser nacional:
–Vos creés que maneja la Justicia. Que maneja la legalidad.
Y añadió:
–Todos saben cómo se va a manejar la cosa. Muchos concursos arreglás con el chiquitaje. Tratás de arreglarlo y lo más grosso, lo que no se puede arreglar, es lo que llevás a la propuesta.
El directorio de Ciccone está integrado por Roberto Molina, Beatriz Pérez de Amato, Silvia Ciccone, Pablo Amato, Héctor Ciccone y Nicolás Ciccone. También el ex embajador James Cheek, único miembro externo a la familia y sus allegados.