EL MUNDO › RENUNCIO HARIRI, PREMIER PROSIRIO DE LIBANO
Un títere menos para Damasco
Por Ferrán Sales*
Desde Jerusalén
El primer ministro libanés, Rafic Hariri, 59 años, presentó ayer la dimisión y anunció que no será candidato a formar un nuevo gobierno. Su renuncia es un coletazo más de la profunda crisis política surgida en el país en los últimos meses, como consecuencia de las presiones de la comunidad internacional, que reclaman el fin de la tutela ejercida por Siria durante casi 30 años, la salida de sus tropas y la democratización plena de Líbano. Con la dimisión de Hariri, el régimen de Damasco pierde uno de sus mejores y más fieles aliados.
La dimisión de Hariri ha tomado por sorpresa a la clase política libanesa, porque si bien se esperaba la caída del gobierno por haber finalizado su mandato, sin embargo se confiaba que el actual primer ministro asumiría la formación de un nuevo gabinete de unidad nacional, con todas las fuerzas políticas, de acuerdo con las consignas recibidas semanas atrás personalmente por el régimen de Damasco, en el transcurso de una entrevista mantenida con el presidente de Siria, Bachar El Assad. El primer ministro, Rafic Hariri, junto con el presidente Emile Lahoud, cuyo mandato presidencial fue alargado cuatro años gracias a una modificación reciente de la Constitución dictada desde Damasco, eran los dos puntales imprescindibles con los que contaba Siria para continuar controlando el Líbano, un país que tutela desde 1978, cuando la Liga Arabe pidiera su intervención y su ejército para poner fin a la guerra civil.
La negativa de un amplio sector de la clase política libanesa, encabezada por el líder druso Walid Jumblat, a participar en este gobierno de unidad nacional, ya que con ella se legitimaría la prolongación del mandato del actual presidente libanés Emile Lahoud y por ende el control de Siria sobre Líbano, ha obligado a Rafic Hariri a arrojar la toalla. Hariri reconoció en una nota publicada haber fracasado en sus intentos de formar un gobierno de unidad, la única fórmula que en su opinión tiene actualmente el Líbano para “superar los desafíos y responder a las aspiraciones de los libaneses”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.