EL MUNDO › EL VOTO ANTICIPADO SIGUIO CONVOCANDO EN LAS HORAS FINALES
Mal augurio para Bush en el fútbol
La derrota del último partido de los Redskins antes de los comicios, según dice la estadística, representa que pierde el aspirante a la reelección. Empatados en los últimos sondeos para los comicios de mañana, Bush y Kerry se movilizaron una vez más a Florida, uno de los estados reñidos.
Por Eduardo Febbro
Página/12
en EE.UU:
Desde Miami, Florida
El ritmo cambiante de los sondeos de opinión y sus variables distintas según los medios que los publican han puesto a los norteamericanos a jugar a las adivinanzas y los cálculos planetarios. Algunos ya están convencidos de que John Kerry será el próximo presidente porque el equipo de fútbol norteamericano de los Redskins perdió su partido frente a los Green Bay Packers (28 a 14). Desde 1936, a lo largo de 17 elecciones, las estadísticas prueban que el último partido de los Redskins antes de la consulta presidencial siempre predijo el nombre del inquilino de la Casa Blanca: cuando los Redskins ganan, el presidente saliente se queda, cuando pierden, gana el aspirante. Otros, por el contrario, se basan en otro dato de la providencia. Los jóvenes lectores del Weekly Reader ya eligieron a Bush. Desde 1956, esta publicación acertó en 11 de las 12 elecciones predecidas.
En el terreno de lo real, 48 horas antes de la cita global con las urnas, los candidatos presidenciales y sus ejércitos de campaña lanzaron múltiples ofensivas en los siempre indecisos estados del país que detentan la clave de la victoria. En el que aparece como uno de los dos más claves, Florida y sus 27 grandes electores, el presidente republicano protagonizó una multitudinaria reunión electoral. Dirigiéndose casi exclusivamente al codiciado electorado hispano y en particular a la franja más extrema de este grupo –es decir, los cubanos norteamericanos–, Bush prometió mantener la presión contra el régimen de Fidel Castro. George W. dijo que el pueblo cubano “debería quedar libre del tirano” y prometió seguir trabajando para que “las mujeres y los hombres de Cuba reciban el regalo de la libertad”. Interrumpido por sonoros “Bush, amigo, el exilio está contigo” o “Cuatro años más”, el jefe del Estado agregó que su administración no bajará los brazos hasta que “el pueblo cubano goce de las mismas libertades en La Habana que aquí en los Estados Unidos”.
Republicanos y demócratas luchan puerta a puerta en Florida y Ohio (20 grandes electores). Mientras en Florida Bush hablaba de Cuba y de Dios, John Kerry, en Ohio, desplegó el ángulo social de su discurso y hasta llegó a hablar de las santas escrituras en una iglesia bautista a donde prometió sanar los males que azotan a la comunidad negra de los Estados Unidos. Bush y Kerry batieron todos los records de desplazamientos en estos dos Estados. En el curso del último mes, los dos candidatos vinieron 67 veces a Florida y 65 a Ohio. Pese a la acentuada campaña protagonizada por ambos, los sondeos de opinión siguen dando un empate entre los dos o un ligero avance de uno a tres puntos a favor de George Bush. El sondeo realizado por el diario The Washington Post y la cadena ABC muestra un empate de ambos con 48 por ciento.
En el orden local, un estudio de opinión efectuado por el Miami Herald confirma las preferencias del electorado hispano por el candidato demócrata: 61 % apoya a Kerry, 33 a Bush. Los analistas destacan que los porcentajes significan un fracaso para los republicanos ya que, con un millón de votantes hispanos suplementarios, Kerry mantiene un elevado apoyo. El partido de Bush no consiguió atraer tantos latinos como esperaba. Pese a todo, Sharon Castillo, una de las portavoces de Bush, dijo ayer que confiaba en que “el presidente gane con la ayuda del voto latino”. Los demócratas, en cambio, ven las cosas de otra manera. La encuesta del Herald les confirma que, al menos en este sector, cosecharon lo que esperaban. Los estrategas demócratas calcularon que si había una posibilidad real de derrotar a Bush, era preciso que el mandatario saliente se mantuviera por debajo del 35 % del voto hispano. Los republicanos, en cambio, habían apostado por un respaldo del 40 % como condición para ganar la presidencia. Los hispánicos representan el 6 % del electorado, muy lejos del 13 % real de la población hispana con derecho a voto.
Las campañas de radio y televisión se incrementaron notablemente mientras que los electores siguen concurriendo masivamente a los centros de voto. En Miami, las colas eran inmensas ayer. Uno de los responsables del condado de Miami admitía que “jamás he visto nada igual”. Bajo un sol sin piedad, la gente esperaba hasta cinco horas para votar en el anteúltimo día de la votación anticipada. Muchos votantes empiezan a temer que, al menos en parte, se reproduzcan situaciones similares a las del 2000. Si las colas son tan extensas cuando el 80 % de los electores potenciales aún no votó, qué ocurrirá entonces mañana, 2 de noviembre. Lo cierto es que en Florida no sólo el sol calienta la piel. Como nunca antes se había visto en un país donde las demostraciones partidistas son tan pacíficas como folklóricas, las ideas han caldeado los ánimos. Simpatizantes demócratas y republicanos se enfrentaron con insultos y empujones en los alrededores del Centro de Convenciones de Miami donde se presentó Bush. Anoche, en el barrio cubano Little Habana donde los republicanos organizaron la proyección de una película, los dos bandos terminaron con manoseos e insultos. “Chico –decía un policía a Página/12–, empiezo a no reconocer a los Estados Unidos.”