EL MUNDO › EE.UU. SIGUE APLAZANDO LA INVASION SOBRE IRAK
El cielo iraquí puede esperar
Por Javier del Pino *
Desde Washington
El gobierno de George W. Bush sigue decidido a lanzar una campaña militar que acabe con Saddam Hussein en Irak, pero se inclina ahora por aplazar la operación hasta los primeros meses del año próximo. Según The New York Times, la estrategia militar y política depende en buena medida de la inestabilidad en Medio Oriente. El Pentágono diseña una operación nada parecida a la de Afganistán: contempla en principio el uso masivo de tropas, hasta 250.000 efectivos de tierra en una invasión en toda regla.
La información del diario neoyorquino cita fuentes anónimas en la Casa Blanca y en el Pentágono. Según este periódico, Bush mantiene su fijación en contra de Saddam y ha descartado dos vías menos dramáticas que la de una guerra abierta: no confía en las posibilidades de éxito de un golpe de Estado y tampoco considera que el modelo afgano —campañas aéreas que abran el camino a tropas locales de oposición— pueda funcionar en el suelo iraquí.
Ni los contactos de la inteligencia occidental en Irak son tantos como para impulsar un golpe de Estado ni hay en ese país oposición suficientemente armada como para enfrentarse al ejército iraquí. Bush ha aceptado estas dos circunstancias y ha empezado a diseñar un plan alternativo que gira abiertamente en torno a la invasión de Irak.
Al tiempo necesario para los preparativos militares y el traslado de tropas se suman otros elementos que obligan a posponer la operación al menos hasta comienzos del próximo año. Por un lado, sería temerario iniciar la operación hasta bien acabado el verano; los soldados estadounidenses no podrían operar en un clima tan caluroso con pesados uniformes resistentes a armamentos químicos. Estados Unidos también quiere esperar a que evolucione el conflicto entre israelíes y palestinos.
Por último, Bush quiere asegurar el flujo de petróleo hacia su país antes de iniciar una operación militar que puede desbaratar las reglas de comercio en el mercado actual. El presidente estadounidense ya ordenó en noviembre llenar al máximo los depósitos de la Reserva Estratégica de Petróleo; dado que los envíos de crudo más caudalosos se producen entre septiembre y enero, es poco probable que la operación militar contra Irak se iniciase en ese período de abastecimiento.
Según el New York Times, no existe oficialmente ni una orden de movilización de tropas ni un “plan de guerra” en el Pentágono, pero Bush ni siquiera esconde en público el tono amenazador contra Irak que demuestra su determinación a actuar militarmente antes de que acabe su mandato.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.