EL MUNDO › FUNERAL DEL AGENTE MUERTO EN IRAK
Adiós al espía héroe
Por Enric González*
Desde Roma
Más de 100.000 personas desfilaron, desde mediodía del domingo hasta ayer por la mañana, ante la capilla ardiente de Nicola Calipari. Y 20.000 abarrotaron la iglesia de Santa María de los Angeles y la plaza de la República de Roma durante el funeral de Estado. La muerte del policía que dio su vida para proteger la de una rehén recién liberada, la periodista Giuliana Sgrena, conmovió a los italianos como muy pocas cosas en los últimos años. Por la tarde fue enterrado junto al sagrario militar de Verano, bajo una lápida de mármol gris grabada con su nombre.
La de ayer fue una jornada de tregua política. Los múltiples interrogantes sobre las circunstancias del ametrallamiento del coche italiano por soldados estadounidenses, las versiones fantasiosas, los cruces de acusaciones y el debate sobre la misión militar italiana en Irak quedaron estacionados hasta la sesión parlamentaria de hoy. “Ahora rendimos homenaje a un hombre valeroso, mañana corresponderá renovar la exigencia de justicia”, dijeron, con idénticas palabras, el líder de la oposición, Romano Prodi, y el presidente de los Demócratas de Izquierda, Massimo D’Alema. El féretro, cubierto por una bandera italiana, fue recibido con aplausos a su llegada a la iglesia. Toda la redacción de Il Manifesto, el diario de izquierda para el que trabaja Giuliana Sgrena, se ubicó afuera, cerca del portal, “para dejar lugar adentro a la familia y a los amigos”, y aplaudió al paso de los restos de Calipari.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.