EL MUNDO
Los sospechosos en el banquillo
Los cuatro presuntos responsables de los fallidos ataques del 21-J comparecieron ante un tribunal. Volverán el 14 de noviembre.
Por Marcelo Justo
Desde Londres
En medio de fuertes medidas de seguridad comparecieron ante un tribunal en el sur de Londres los cuatro presuntos responsables de los atentados del 21 de julio. Yassin Hassan Omar, Muktar Said Ibrahim y Ramzi Mohamed fueron acusados de intento de asesinato, conspiración para asesinar, posesión o fabricación de explosivos y conspiración para usar explosivos. El cuarto sospechoso, conocido como Osman Hussain y también como Hamdi Issac, continúa detenido en Roma, mientras que un quinto miembro, Manfo Kwaku Asiedu, fue acusado de los mismos cargos, aunque no de intento de asesinato.
Mientras helicópteros sobrevolaban el área, y en medio de una de las mayores operaciones de seguridad que conoce el sistema legal británico, por primera vez comparecieron ante un tribunal los presuntos responsables de los atentados del 21 de julio. Muktar Said Ibrahim está acusado por el atentado en un autobús en el este de Londres, Ramzi Mohamed por el de la estación Oval en el sur de la ciudad y Yassin Hassan Omar por el ocurrido cerca de la estación de Warren Street. Manfo Kwaku Asiedu estaba presuntamente a cargo de un quinto atentado, pero a último desistió de su propósito y abandonó la carga explosiva en un descampado. A diferencia de los atentados del 7 de julio, en el que murieron 56 personas, incluyendo a los cuatro atacantes, no hubo víctimas o heridos el 21 de julio, porque las bombas no explotaron o lo hicieron defectuosamente.
La audiencia se realizó en una sala contigua a la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh donde están alojados los detenidos, y se limitó a presentar los cargos y notificar a los acusados que volverían a comparecer ante el tribunal el 14 de noviembre. Otras dos personas fueron acusadas ante el mismo tribunal por no proporcionar información sobre un terrorista y ayudar a alguien que cometió un delito, mientras que una tercera persona fue acusada del primer cargo. En un día de mucha actividad judicial, otro presunto sospechoso de terrorismo, deportado el domingo de Zambia, también compareció ante el tribunal de Belmarch. Se trata de Baroon Rashid Aswat, británico musulmán, sobre quien pesa un pedido de extradición de los Estados Unidos, que lo acusa de conspirar para proporcionar entrenamiento militar a gente para combatir en la Jihad Islámica en Afganistán.
Mientras tanto, la policía está analizando la posibilidad de acusar con el cargo de traición a imanes radicales islámicos. Omar Bakri Mohammed, Abu Izzadeen y Abuy Uzair son los imanes que han liderado o están fuertemente vinculados a dos grupos que podrían ser ilegalizados, como parte de las duras medidas antiterroristas anunciadas por el primer ministro Tony Blair. El viernes el primer ministro anunció que se planeaba deportar a los extranjeros que promuevan o “glorifiquen” el terrorismo, que se prohibirá una lista de páginas web, librerías, centros y redes islamistas y se rechazarán solicitudes de asilo de personas que tengan vinculación con el terrorismo. El primer ministro dijo que, si surgía algún obstáculo legal a estas medidas, estaría dispuesto a “reformar la ley de derechos humanos”.
Las medidas fueron duramente criticadas por distintos grupos políticos y sociales. Entre los grupos musulmanes predominaba la idea de que eran contraproducentes e hipócritas, porque si Blair prohibía a Hizb ut-Tahir, una organización fundamentalista no violenta, debía hacer lo mismo con el fascista Partido Nacional Británico.
Por su parte, Shami Chakrabarti, directora del grupo de derechos civiles Liberty, la calificó de “draconianas”. El partido liberal demócrata indicó que el anuncio rompía el consenso que se había fomentado desde los atentados del mes pasado en materia antiterrorista. Según el EveningStandard, en el mismo Ministerio del Interior hay descontento con las medidas porque echaban por la borda el diálogo propiciado con la comunidad musulmana británica.