EL MUNDO
Un asiento más con el que Merkel descansa un poquito
El resultado en Dresden, Alemania, donde los conservadores ganaron un escaño, le da un respiro psicológico a su candidata en las negociaciones con los socialdemócratas de Schroeder.
Por Tony Paterson *
Desde Berlín
Los conservadores cristiano-demócratas de Angela Merkel obtuvieron una ajustada victoria ayer en la elección de Dresden, dándole una ventaja psicológica en las chances de convertirse en la primera mujer canciller. Según los resultados oficiales, Andreas Lammel, el candidato conservador, le ganó a su rival socialdemócrata por un estrecho margen, y el partido de Merkel (CDU) sumó un asiento más en el Parlamento.
La votación en el distrito de Dresden se realizó dos semanas después de las generales inconclusas de Alemania a causa de la repentina muerte de su candidata. Lammel logró un 37 por ciento de los votos, mientras que la aspirante socialdemócrata Marlies Volmer se quedó en el 31,1 por ciento. Según este cómputo, la CDU y su aliada la Unión Cristiano-Social de Baviera (CDU-CSU) tendrían 226 escaños en el nuevo Parlamento, frente a los 222 del Partido Socialdemócrata (SPD). Su resultado no se esperaba que modificara las reparticiones de fuerza tras las generales. Sin embargo, la victoria de Lammel ubica al liderazgo parlamentario de la CDU con cuatro asientos frente a la SDP, posicionando a Merkel en una mejor lugar para reclamar la cancillería en una coalición de gobierno.
De los comicios del 18 de septiembre en Alemania no resultó ningún partido con suficientes votos para formar una coalición con su socio preferido. Los conservadores de Merkel vienen tratando de formar una “gran coalición” con los socialdemócratas del canciller Gerhard Schroeder como salida a la incertidumbre política. Quién se convertirá el próximo canciller se ha vuelto el principal obstáculo a un acuerdo. Ninguna de las partes ha renunciado al puesto. Merkel insistió en que su partido no entrará a las negociaciones formales con el SDP sobre una eventual alianza a menos que Schroeder dé un paso al costado en el liderazgo. Insiste que, como su partido ganó tres asientos más que el SDP, tiene el derecho moral a liderar una gran coalición.
Norbert Rottgen, el gerente de negocios del CDU en el Parlamento, advirtió que “si permitimos que los socialdemócratas decidan quién es el número uno, nos llevará años recuperarnos del daño”. Schroeder rechazó bajarse. Dice que él es más popular que Merkel y que la elección produjo una mayoría de facto de centroizquierda –constituida por su SDP, los Verdes y el recientemente formado Partido de Izquierdas–, por lo tanto su permanencia en la cancillería sería más acorde al deseo de los electores. Pero Schroeder fue categórico al negarse a formar alianza con el Partido de Izquierdas. Los que lo critican lo han señalado como un emperador romano. No obstante, recibe el espaldarazo de su partido. Klaus Uwe Benneter, el gerente de negocios del SDP, señaló que la mayor crítica de Merkel provenía de su propia formación. Varios conservadores bávaros la acusaron de tener un estilo “frío” de hacer campaña, causante de la inesperada pobre actuación de su partido en las urnas.
* De The Independent. De Gran Bretaña. Especial para Página/12.