EL MUNDO › LOS IRAQUIES VOTAN HOY BAJO EXTREMAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
El referéndum del estado de sitio
Cierre de fronteras nacionales y provinciales, toques de queda y prohibición de circulación de automóviles constituyen el escenario en que los iraquíes se preparan para votar en el referéndum de hoy. La división sigue siendo fuerte entre chiítas y sunnitas.
Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad
Las calles de Bagdad estaban espectralmente vacías ayer mientras la policía y el ejército estrechaban el control de la ciudad en las horas finales antes de que se votara la nueva Constitución. Los iraquíes están profundamente divididos. “La nueva Constitución divide a mi país en pedazos –dijo Atiqa Jawad Wadi, una maestra de escuela secundaria de mediana edad–. Mi familia y yo votaremos `No’.” Alwan Jassim al Aswad, un hombre mayor sentado en un café cercano, iba a votar a favor de la Constitución porque la jerarquía religiosa chiíta la apoya. “Nos ayudará a construir un nuevo gobierno para los chiítas”, dijo.
Insurgentes lanzaron dos ataques en oficinas del Partido Islámico Iraquí en Bagdad y Faluja después de que el partido sunnita diera marcha atrás en su posición anterior y llamara a votar por el “Sí”. Sus líderes cambiaron de opinión luego de un compromiso de último momento logrado por Estados Unidos que permitirá al Parlamento realizar enmiendas a la Constitución el año que viene. Ayer hubo tiroteos aislados en Bagdad, pero provenían mayormente de policías asustados y soldados disparando al aire para evitar que vehículos sospechados de ser coches bomba se acercaran a ellos. No se permitirá que ningún vehículo circule por las calles hoy y los votantes tendrán que ir a votar a pie. El Ministerio del Interior dio a los periodistas y a otros trabajadores esenciales pases especiales que los habilitan a conducir el sábado, pero, útilmente, funcionarios señalaron que es probable que las fuerzas de seguridad abran fuego contra un vehículo mucho antes de que el conductor les pueda mostrar su permiso.
La mayoría de los iraquíes se quedará en su casa durante el fin de semana largo. Los almacenes estuvieron abarrotados de gente comprando provisiones de último momento. En distritos sunnitas del oeste de Bagdad, donde hubo serias luchas en días recientes, todos los negocios estuvieron cerrados ayer mientras que en el importante distrito chiíta de Karada todavía estaban abiertos. “Vine a Karada a hacer las compras porque todo en el oeste de la ciudad está cerrado”, dijo Ghaith Bassim, un estudiante sunnita de 23 años del barrio Al Yarmouk. A Bassim no le gusta la Constitución, piensa que es una receta para la guerra civil y su intención era votar por el “No”. “Creo que el Partido Islámico es un traidor por negociar con el gobierno”, dijo. Además añadió: “El gobierno iraquí es sólo un juguete en las manos de los estadounidenses”.
Alrededor de 15 millones de iraquíes de una población total de 26 millones tienen derecho a votar. Líderes kurdos y chiítas mostraron en la elección para la Asamblea Nacional en enero que son capaces de movilizar a sus comunidades –tres cuartos de la población iraquí– y llevarlos a votar. Los cinco millones de sunnitas están divididos, aunque la mayoría votará probablemente por el “No” o se abstendrán. En teoría pueden vetar la Constitución si dos tercios de aquellos que votan en tres de las 18 provincias se expresan en contra. Esto es posible porque hay cuatro provincias –Anbar, Nineveh, Salahudin y Diyala– donde los sunnitas son mayoría.
Hasta la semana pasada los sunnitas estaban unidos en su oposición a la Constitución, principalmente porque se oponen al federalismo, que devuelve el poder a los kurdos y chiítas. Pero luego de un acuerdo esta semana, la Constitución puede ser enmendada por la Asamblea Nacional que será elegida el 15 de diciembre. Como es probable que los sunnitas voten, no como en enero cuando se abstuvieron, habrá más miembros sunnitas en el Parlamento. Nuevas enmiendas serán votadas luego en un segundo referéndum. El compromiso fue alcanzado por Zilmay Khalilzad, el embajador estadounidense mucho más hábil que los anteriores enviados norteamericanos en Irak, que estuvo presente en todas las negociaciones. Estados Unidos, y particularmente sus fuerzas armadas, no quieren hacer nada que pueda alienar aun más a los sunnitas y llevarlos a dar más apoyo a losinsurgentes. El involucramiento de Estados Unidos es considerado por muchos iraquíes con intensa sospecha. “Es una Constitución norteamericana escrita con mano iraquí y creo que estaba preparada mucho tiempo atrás”, dijo Sinan Yusef, un estudiante de ingeniería de religión cristiana. No pensaba ir a votar.
No está claro qué ganaron los sunnitas con el acuerdo de esta semana. Es improbable que el año que viene tengan los votos para cambiar la Constitución que se vota ahora. “Creo que no habrá enmiendas porque no tendrán suficientes miembros en la nueva asamblea”, dijo Mahmoud Othman, miembro de la Asamblea Nacional y veterano líder kurdo. Othman favorece hacer concesiones a los sunnitas para incorporarlos, aunque cree que muchos problemas simplemente han sido aplazados por seis meses. Otro líder iraquí lamentó que una vez más hubiera una “Constitución temporaria” que será debatida otra vez el año que viene. Por otro lado, pensaba que es importante que al menos un partido sunnita, el Partido Islámico Iraquí, apoyara ahora la Constitución.
Muchos iraquíes dicen que la batalla para sobrevivir día a día en una situación de inseguridad crónica, cortes de energía y pobreza absorbe todas sus energías. No ven que el referéndum incida en esta situación. Nabil Ibrahim sai, un graduado en economía que trabaja como mecánico, dijo: “La Constitución no me acercará un trabajo, por lo tanto no tengo planes de votar.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Virginia Scardamaglia.