EL MUNDO

Bush elige a un conservador nato y duro de aprobar para la Corte

El presidente de EE.UU. nominó al juez Samuel Alito para el Supremo, cuya postura sobre el aborto marcará el debate de su confirmación.

 Por Andrew Buncombe*
Desde Washington

El presidente George W. Bush cedió ante los miembros más extremos de su partido al nombrar a un juez muy conservador para la Corte Suprema. Mientras la nominación va a provocar una agitada batalla para su confirmación, esto en realidad puede beneficiar a Bush, al desviar la atención de la actual investigación sobre el asunto de la filtración de la CIA. Los conservadores republicanos, que la semana pasada forzaron el retiro de la nominada original de Bush, Harriet Miers, han recibido con beneplácito la nominación de Samuel Alito, que estuvo en la Corte Federal de Apelaciones durante los últimos 15 años.
Alito, de 55 años, lleva el apodo de “Scalito”, una comparación con el juez de la Corte Suprema Anthony Scalia con quien comparte su ascendencia italiana y su reputación de ser fuertemente conservador. Pero los demócratas rápidamente cuestionaron la idoneidad, diciendo que había evidencia de que durante su carrera jurídica había activamente socavado el derecho legal de las mujeres para hacerse un aborto. Los senadores demócratas dijeron que se asegurarían de que Alito estuviera bajo el más severo escrutinio durante el proceso de confirmación, mientras que algunos observadores sugirieron que los demócratas pueden tratar de usar la opción del filibustero (bloqueo) para “discutir” su nominación.
La perspectiva de una confrontación sobre Alito puede no ser algo malo para la administración. Con Bush soportando los niveles de popularidad más bajos de su presidencia, la Casa Blanca está desesperada por sacar el foco del eminente juicio de Lewis “Scooter” Libby, el ex jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, que el viernes pasado fue acusado de cinco delitos judiciales sobre el tema de la filtración de la CIA (ver recuadro). Esto es especialmente verdad dado que, ahora que la Casa Blanca tiene el apoyo de los conservadores férreos, Alito probablemente será confirmado, sin importar lo duro que pueda ser el proceso de confirmación. Anunciando a su nuevo nominado para reemplazar a la jueza Sandra Day O’Connor, Bush dijo que Alito había demostrado una “experiencia de la ley, un profundo compromiso con la Justicia y es un hombre de gran carácter”. Alito, que también trabajó en el Departamento de Justicia, dijo: “La Corte Suprema es una institución por la que tengo un profundo respeto”. Mientras algunos grupos estarán algo desilusionados porque Bush no eligió nominar a una mujer o a un candidato hispano, la próxima lucha será por su actitud hacia el aborto. Los demócratas rápidamente señalaron un caso de 1991 cuando Alito discutió por mantener una ley de Pennsylvania que requería que las mujeres que quisieran abortar tuvieran el permiso de sus maridos.
La Corte Suprema rechazó la ley, pero el razonamiento de Alito fue mencionado entre los disidentes de la alta corte. El veterano senador demócrata Edward Kennedy, miembro del Comité Judicial del Senado, advirtió que “Alito podría muy bien alterar fundamentalmente el balance de la corte y empujarla peligrosamente hacia la derecha, poniendo en riesgo décadas de progreso estadounidense por salvaguardar nuestros derechos fundamentales y nuestras libertades.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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La nominación de Alito, de perfil muy conservador, funciona como un cambio de tema del “CIAgate”.
 
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