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Por la voluntad de Kirchner y Tabaré, la sangre no llegó al río

A última hora, los gobiernos de Argentina y Uruguay dieron por superado el incidente por las papeleras. La Cancillería argentina emitió un comunicado en el que se despegó de Busti.

 Por Miguel Jorquera

La confirmación recién llegó a última hora de la tarde. El canciller de Uruguay, Reinaldo Gargano, dio por superadas las diferencias diplomáticas con Argentina tras el entredicho que generó la declaración del gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, cuando sugirió que el gobierno uruguayo tenía “incentivos” para radicar dos papeleras en la localidad oriental de Fray Bentos, sobre la costa del río Uruguay y frente a la ciudad entrerriana de Gualeguaychú. La Cancillería argentina, extraoficialmente, también admitió que el roce había sido superado. El Palacio San Martín emitió un extenso comunicado en el que se despegó de las declaraciones de Busti, pero en el que también instó a Uruguay a que dé “cumplimiento” al tratado del Río Uruguay y que “acelere el suministro de información” de los estudios de impacto ambiental para avanzar en “un proceso de negociación bilateral”, además de reclamar que las empresas privadas detengan la radicación de las plantas de celulosa.
“No es un incidente diplomático, sino que es un obstáculo en las excelentes relaciones con Argentina”, afirmó ayer por la tarde Gargano en declaraciones periodísticas formuladas en su país, con lo que dio por superado el incidente. También encomendó al gobierno argentino que pida a sus técnicos en la comisión administradora del río Uruguay los datos presentados sobre los riesgos de contaminación de las plantas y valoró que se retirara la sospecha de “incentivos” en los intereses nacionales.
En la misma línea, fuentes de la Cancillería informaron en forma extraoficial que el gobierno argentino, igualmente, dio por superado el episodio. Aunque recién una vez que el gobierno de Tabaré Vázquez reponga a su embajador en la sede porteña, la Cancillería ordenaría al embajador Hernán Patiño Meyer que regrese a Montevideo.
A pesar de que nunca se cortaron las comunicaciones entre ambas cancillerías, la jornada no estuvo exenta de tensiones. Los gobiernos buscaron bajarle el tono al entredicho, aunque ambos mantenían sus posturas. Gargano había considerado un paso “imprescindible” convocar a su embajador en nuestro país, Francisco Bustillo, a Montevideo, tras lo que consideró “un agravio” y un “traspaso a los límites” al sugerir “un hecho de corrupción”.
También admitió que la explicación del gobernador Jorge Busti –quien aseguró que no se refirió a ningún acto “espurio” de algún funcionario cuando habló de incentivos”– no lo conformó: “Se trata de una arquitectura de palabras para explicar lo inexplicable”, aseguró. Sin embargo, el canciller insistió en que “los uruguayos seguirán viajando a la Argentina y los argentinos seguirán viniendo aquí” y confirmó que Bustillo participó de la reunión de ministros que presidió Tabaré Vázquez.
En tanto, el Palacio San Martín evitó cualquier comentario adicional al comunicado de seis puntos en el que se invoca la “firme decisión” y “las precisas instrucciones” de Néstor Kirchner de “continuar desarrollando los acuerdos bilaterales y todas las acciones y recursos tendientes a garantizar la mejor defensa de la calidad medioambiental del río Uruguay, del territorio y de la población de la provincia de Entre Ríos”.
También expresa que el gobierno argentino “está plenamente convencido de que las autoridades uruguayas no actúan motivadas por ningún otro ‘incentivo’ que no sea el de su interpretación de la mejor defensa de sus intereses nacionales”. No obstante, se aclaró que estos intereses “hasta el momento se contradicen con los del gobierno argentino y el pueblo de Entre Ríos”. También desea que el diferendo “no siga siendo utilizado por sectores interesados, para agraviar al gobierno y al pueblo argentino, adjudicándole intenciones y actitudes que contradicen su compromiso estratégico con el proceso de integración regional y su decisión de profundizar su histórica relación fraternal con Uruguay”. En el último punto saludaba al gobierno uruguayo en el primer aniversario del triunfo del Frente Amplio que llevó al gobierno a Tabaré Vázquez. Busti tampoco cedió en ese terreno. El gobernador salió ayer a insistir en los problemas ambientales y económicos que las papeleras ocasionarían. Ayer por la noche recibió en la gobernación a la Liga de intendentes justicialista de su provincia, quien le brindó su apoyo.

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Los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez se preocuparon porque el incidente no escalara.
 
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