ECONOMíA › EL ACCIONISTA DE EDENOR DESISTIRA CUANDO HAYA NUEVO CONTRATO
EDF congela la demanda en el Ciadi
El anuncio fue presentado por las actuales autoridades de la concesionaria como una forma de acercamiento al Gobierno.
Por Cledis Candelaresi
A través de una nota que entregaron en mano a Julio De Vido, el presidente de Edenor, Alejandro Macfarlane, y el representante del principal accionista de la distribuidora eléctrica, Marcelo Mindlin, le hicieron saber al ministro de Planificación que Electricité de France –ahora dueña del 25 por ciento– suspenderá su demanda ante el Ciadi hasta que esté listo el nuevo contrato. Lo singular no es que los franceses, en plena retirada de la compañía, se avengan a ralentar el trámite ante aquel tribunal arbitral. Lo llamativo es cuánta importancia le dieron a este hecho los nuevos dueños mayoritarios de la empresa que le provee luz a la mitad de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, asumiendo una posición totalmente emparentada con la que sostiene la gestión kirchnerista.
Mindlin, titular de Dolphin, ya había manifestado su vocación de acelerar la renegociación contractual aviniéndose con más facilidad que EDF a la exigencia oficial de desistir de aquel relamo ante el Ciadi, en este caso, por 960 millones de dólares. Lo hizo desde el mismo momento que se hicieron públicas las gestiones del fondo administrado por argentinos para comprar el paquete mayoritario de Edenor.
El levantamiento es la condición que quiso imponer la Unidad de Renegociación a todos los accionistas extranjeros de empresas privatizadas que acudieron a aquel tribunal bancomundialista para exigirle al Estado argentino un resarcimiento por el daño que les ocasionó la pesificación y congelamiento de sus tarifas, invocando la violación de tratados internacionales de inversión.
Pero, al igual que en este caso, lo que ocurrió hasta ahora es que las empresas “suspenden” para firmar un acuerdo provisorio, con una acotada recomposición tarifaria, y prometen “levantar”, eventualmente, si la discusión con el Gobierno llega a feliz término y se puede cerrar un contrato definitivo en unos meses, que en todos los casos incluye prerrogativas tarifarias mayores.
El 21 de septiembre, Edenor firmó un acta acuerdo con la UniRen, que contempla un ajuste del 23 por ciento en el VAD (valor agregado de distribución), equivalente a una recomposición del 15 por ciento en las tarifas de los usuarios industriales. A esto se le aplicaría un adicional del 5 por ciento para cubrir algunas obras especiales y la posibilidad de pagar en cuotas las multas firmes. Como contrapartida, la distribuidora ejecutaría un plan de inversión de 204 millones de pesos en 2006.
En mayo de ese año estaría lista la revisión tarifaria integral, que indefectiblemente abarcaría también a los usuarios residenciales. Recién entonces los franceses renunciarían estrictamente a su demanda ante el Ciadi, que permanecerá como una amenaza latente por si el debate con el gobierno argentino tomara un curso no deseado. La realidad es que aquel texto aún no fue remitido al Congreso y el primer ajuste tarifario que debía comenzar a regir hoy todavía está a la espera de lo que ocurra en el Parlamento, donde se descuenta una aprobación del entendimiento. Esta, sin embargo, difícilmente llegue en el transcurso de este año: si no hay pronunciamiento expreso, en sesenta días la carta de entendimiento queda aprobada “de hecho”. Pero esa demora y la incertidumbre que ella impone a la suerte de la renegociación no parece desvelar a sus nuevos accionistas, dueños del paquete mayoritario.
“Estamos muy contentos no sólo por haber comprado una empresa espectacular como Edenor, sino también por haber logrado que el anterior accionista mayoritario de la compañía, Electricité de France, retirara la demanda por 960 millones de dólares, algo que es muy importante para la Argentina”, resaltó Mindlin ayer, manifestando un buen ánimo más propio de los ministerios de Planificación o Justicia que de un inversor asociado al demandante.
A juicio del titular de Dolphin, uno de los puntos presuntamente más trabajosos de la compra de acciones a EDF por 100 millones de dólares fueconvencerlos de que suspendan la demanda ante aquel tribunal. Para Mindlin parece estar mucho más clara la exigencia de que “no hay diálogo con el Gobierno si no se baja el pedido de indemnización”. Algo que los ejecutivos de firmas extranjeras soslayan sin mucho problema.