EL MUNDO › ANDANZAS DEL M16 BRITANICO EN GRECIA
Licencia para torturar
Por Marcelo Justo
Desde Londres
La cancillería británica negó que sus servicios secretos participaran en el presunto arresto y tortura de 28 paquistaníes en la capital de Grecia, Atenas, y advirtió a los medios de comunicación que la publicación del nombre de un agente secreto está penada por la ley. La declaración de la Foreign Office intentó poner fin al revuelo que está causando la denuncia publicada por un diario ateniense durante el fin de semana navideño. El Proto Zema acusó al jefe del servicio de espionaje de su majestad (el M16) en Atenas de ser uno de los cerebros de las redadas de paquistaníes que llevaron a cabo 15 agentes secretos griegos poco después de los atentados del pasado 7 de julio en Londres.
En la declaración ante el magistrado griego que investiga la denuncia, los paquistaníes dijeron que un grupo de agentes locales, secundados por dos británicos, irrumpieron en cuatro domicilios de Atenas y se los llevaron encapuchados a un lugar secreto. Allí se los interrogó sobre sus vínculos con familiares y amigos en el Reino Unido y en Pakistán. La mayoría de los arrestados no se quejó del trato recibido por amenazas de represalias contra sus familias. Sin embargo, al menos dos de ellos, Mohamed Munir y Gul Nawaz, declararon que fueron golpeados en repetidas ocasiones y sometidos a “tortura psicológica”. “Dos veces un policía me golpeó cuando estaba en el suelo. Le pedí agua y me dio un puñetazo en la cara”, declaró Nawaz.
Gran Bretaña ha negado toda participación en operativos secretos en el extranjero. De hecho, hasta hace unos 15 años negaba por completo la existencia misma del M16, a pesar de que las andanzas de su agente más famoso, James Bond, daban la vuelta al mundo en celuloide. En el caso de los vuelos secretos de la CIA transportando presuntos terroristas por territorio europeo, el gobierno de Tony Blair ha tomado distancia de su aliado George W. Bush. Ahora, con la Greek connection, son los mismos británicos los que están en el banquillo de los acusados en relación con los borrosos límites de su política antiterrorista.