Martes, 3 de enero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › LA CRISIS ECONOMICO-POLITICO ENTRE RUSIA Y UCRANIA
Ucrania acusa a Moscú de querer desestabilizar su gobierno al cortarle el suministro gasífero. Los rusos dicen que Kiev les roba combustible y que buscarán evitar una crisis energética general.
Por Rodrigo Fernández *
Desde Moscú
La guerra del gas continúa extendiéndose mientras las partes en conflicto se culpan una a la otra de ser la responsable de la crisis que ahora ya está afectando a Europa. Mientras Moscú insiste en que Kiev “está robando” el gas que Rusia exporta a través de territorio de Ucrania, el gobierno de este país acusa al Kremlin de querer desestabilizar la economía nacional y le advierte que puede pedir ayuda a los países del club nuclear. Cuando Ucrania renunció a las armas atómicas heredadas de la URSS y adhirió al Tratado de No Proliferación, las naciones que poseen armamento nuclear se comprometieron a proteger a Kiev si otro país atentaba contra su seguridad nacional.
“Comenzó a plasmarse el guión consistente en presiones económicas y chantaje cuyo objetivo final es desestabilizar la economía de Ucrania y obstaculizar los envíos de gas a los países de la UE”, se dice en la declaración oficial del ministerio de Exteriores ucraniano. Kiev afirma que “esas irresponsables acciones desestabilizadores se realizan en contra de los compromisos internacionales vigentes de la parte rusa, que se desprenden del acuerdo del 4 de octubre de 2001” sobre el gas. Ucrania reitera que rechazó la exigencia de Rusia de pagar 230 dólares (194 euros) por mil metros cúbicos de gas, tarifa que casi quintuplica la de 2005, e insiste en que está dispuesta a pasar “paulatinamente a métodos de mercado en la esfera gasista”. Al mismo tiempo dice estar preparada para “probar paso a paso” en el tribunal internacional de arbitraje que su posición es “justa y fundamentada”. Además, Kiev “estudia la posibilidad de recurrir a los países nucleares garantes de la seguridad nacional de Ucrania, de acuerdo con el Memorando de 1994”.
Rusia minimiza esas advertencias asegurando que el Memorando de Budapest de 1994 no es aplicable en este conflicto económico, al tiempo que denuncia “el robo” por parte de Ucrania de más de 100 millones de metros cúbicos de gas al día. Traducido en dinero, significan más de 21 millones de euros a precio de mercado, afirmó Alexandr Medvédev, vicepresidente de la compañía estatal rusa Gazprom.
Para Ucrania, el conflicto ha sido desatado por Rusia debido a motivos políticos, concretamente como castigo por la revolución naranja que derrotó al favorito del Kremlin y anunció una política prooccidental que tiene como objetivo integrarse en Europa y en la OTAN. A las acusaciones de Moscú, Kiev responde asegurando que no consume gas ruso. “No hay apropiación ilegal de gas. Ucrania consume el de extracción propia, el de depósitos subterráneos y el gas turkmeno en estricta correspondencia con el contrato firmado”, aseguró ayer el ministro de Energía Iván Plachkov.
Ahí está el asunto: en el gas de Turkmenistán. Ese país centroasiático debe exportar a Ucrania 40.000 millones de metros cúbicos de gas al año que pasan por territorio de Rusia. Pero Gazprom firmó hace unos días su propio contrato con Turkmenistán para comprarle 30.000 millones anuales y ahora dice que “no existe” el gas turkmeno a Ucrania y que todo el que llega de Asia Central está destinado a Rusia. Kiev ignora esa explicación y continúa quedándose con unos 120 millones de metros cúbicos diarios: ése es el gas que no llega a los destinatarios europeos.
Más aún, Plachkov explicó que si la temperatura cae bajo cero, consumirán el gas ruso correspondiente al pago de tránsito de ese combustible por territorio ucranio. El presidente Víctor Yushchenko explicó que Rusia daba a Ucrania 60 millones de metros cúbicos diarios de gas por el tránsito del combustible hacia Europa. “Hoy todo el tránsito del gas destinado a Europa Occidental Ucrania lo realiza por cuenta propia y no está recibiendo gas como pago”, dijo. Esto significa que si la temperatura baja, Europa recibirá diariamente 180 millones de metros cúbicos menos, pues Kiev se quedará con los 120 que considera gas turkmeno y los 60 de pago por el tránsito.
El gobierno ucraniano ha adoptado un plan de ahorro de gas en su industria al tiempo que ha disminuido los envíos a Moldavia. Este país tampoco ha firmado el nuevo contrato con Moscú porque no está de acuerdo con el precio que exigen los rusos y que duplica el anterior. Debido a las dificultades por las que los ucranianos están pasando, Yushchenko pidió a los moldavos que ahorren gas y se conformen con 5 a 7 millones de metros cúbicos diarios en lugar de los acostumbrados 10.
Rusia, por su parte, afirma que dará todos los pasos necesarios para que los consumidores europeos continúen recibiendo el gas de acuerdo con los contratos vigentes. Gazprom dijo que bombearía casi 100 millones de metros cúbicos de gas por día a través del sistema del gasoducto de Ucrania para compensar la merma. Muchos de los gasoductos que transportan gas ruso a países como Alemania e Italia corren a través de Ucrania. Las empresas energéticas en Hungría, Austria, Eslovaquia, Rumania, Polonia y Croacia informaron sobre una merma en la cantidad de gas que estaban recibiendo ayer y muchas empresas decían que su suministro estaba un 40 por ciento más bajo de lo habitual (ver página 14). Sin embargo, anoche, Austria y Hungría aseguraban que el suministro se había “normalizado”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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