EL MUNDO › LA OPOSICION VOLVIO A LLENAR EL CENTRO DE CARACAS
El huracán Hugo es una brisa
Unas 50.000 personas marcharon ayer contra Hugo Chávez en memoria de los caídos el 11 de abril. La oposición no ha perdido fuerzas.
El descontento social con el gobierno de Hugo Chávez resurgió ayer en una multitudinaria marcha pacífica que concluyó en la céntrica avenida Bolívar en Caracas, donde el antichavismo reclamó por los muertos del 11 de abril y se declaró en desobediencia civil contra la jefatura del ex teniente coronel al culminar los actos en conmemoración de los dos meses de los sucesos de abril. Así, una cifra de opositores similar a la del 11 de abril revivió el pedido de la renuncia de Chávez y llamó a próximas manifestaciones. En simultáneo, poco más de un millar de chavistas ofrecieron actos en cuatro ciudades del país, pero a diferencia de otras oportunidades, no se había convocado a una contramarcha en Caracas, de modo que el oficialista MVR permitió que la oposición ejerciera libremente el derecho a manifestarse.
La movilización opositora desbordó a lo largo de la avenida Bolívar, en lo que resultó una pacífica concentración, definida por sus organizadores como una “asamblea de ciudadanos”. Según algunos dirigentes, la manifestación de ayer superó en número a la marcha del 11 de abril, en la que algunos de sus organizadores dijeron que participaron unas 350.000 personas antes de que fuera atacada a tiros cerca del palacio de gobierno de Miraflores, y cuyo desenlace tuviera 17 muertos y cientos de heridos. Sin embargo, cálculos independientes cifraron en 50.000 a los concurrentes del 11, la misma cantidad que calcularon ayer. Por lo pronto, el antichavismo callejero no parece haber perdido fuerzas.
Bajo la lluvia, las banderas y pancartas se mantuvieron firmes a medida que representantes de partidos políticos y organizaciones civiles pronunciaban breves discursos, anunciando desde una posible huelga general hasta una nueva marcha el 11 de julio rumbo a la propia sede del gobierno. Los lemas más repetidos fueron “Chávez vete ya” y “No a la impunidad”, en relación con la lentitud de las investigaciones de los hechos de hace dos meses.
El actor y comediante Orlando Urdaneta leyó el documento redactado con motivo de la concentración y que fue producto del esfuerzo de partidos políticos y organizaciones civiles. El documento plantea una supuesta responsabilidad de Chávez y de varios de sus colaboradores en los hechos de abril, por lo cual las autoridades no han presentado a los culpables de la matanza, y señala que “reclamamos para los responsables un juicio justo, el mismo que le negaron a las víctimas del 11 de abril”. La declaración, aprobada por los participantes con sus manos alzadas, acuerda la puesta en marcha de la desobediencia civil y el inicio de sucesivas demostraciones no violentas hasta que Chávez “salga del poder y sea enjuiciado”. También invoca a la Carta Democrática de la OEA, ya que en Venezuela “se ha pretendido imponer desde el poder un proyecto autoritario violando la Constitución”.
El documento también indica que el secretario general de la OEA, César Gaviria, constató la polarización del país en su visita de abril. “Nuestro país fue refugio seguro para personas que en América y el mundo tuvieron que huir de la guerra. Hoy somos los venezolanos los que necesitamos de la solidaridad democrática mundial para evitar que la violencia asuele nuestra patria”, decía. Los organizadores se despidieron invitando para la próxima marcha el 11 de julio, que concluirá con otra “asamblea de ciudadanos” a las puertas del Palacio de Miraflores. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, desmintió una vez más sobre rumores de un golpe militar y admitió que se reforzaron las medidas de seguridad para la marcha.
En tanto los simpatizantes de Chávez, vistiendo sus boinas rojas símbolos del oficialista Movimiento Quinta República (MVR), flamearon las banderas tricolor al grito de su defensa de la “revolución bolivariana” y se encolumnaron en la ciudad de Maracay (80 km al oeste de Caracas), detrás de una pancarta que elogiaba a los militares que el 14 de abril protagonizaron el contragolpe que posibilitó la vuelta de Chávez. Según cálculos independientes, unas 5000 personas se congregaron bajo la consigna central de imitar la lealtad y heroicismo de la Brigada 42, al mando del entonces general Raúl Isaías Baduel. Además, hubo actos en las ciudades de San Cristóbal, Cumaná y en Maracaibo.