Un hombre y dos mujeres ultraortodoxos y con antecedentes de dolencias psiquiátricas atacaron ayer la Iglesia de la Anunciación, en Nazareth. Los tres atacantes, vestidos de modo que no se notara su filiación religiosa, entraron a misa en el templo cristiano más grande de Medio Oriente y, en medio de la ceremonia, comenzaron a detonar petardos y pequeños cartuchos de gas. Las explosiones crearon pánico entre los cientos de fieles que colmaban el antiguo templo, fundado por la emperatriz bizantina Teodosia. Hubo varios heridos, por quemaduras y por golpes en la estampida. Horas después del inexplicable ataque, cientos de cristianos se reunieron en la plazoleta de Nazareth frente al templo protestando e intentaron entrar a la iglesia. La policía israelí cercó el lugar y evitó por la fuerza la entrada de los manifestantes. Según la tradición cristiana, la Iglesia marca el lugar donde el arcángel Gabriel anunció a María la inmaculada concepción.