Viernes, 5 de mayo de 2006 | Hoy
El sábado, Toledo sacó a su embajador de Caracas tras una serie de insultos con Chávez. El mandatario peruano llevó el asunto de la “intromisión” de Venezuela a la OEA, pero ésta lo consideró bilateral.
La relación entre Lima y Caracas pende de un hilo. Cuatro días después de que el presidente Alejandro Toledo decidiera retirar a su embajador de la capital venezolana, su par Hugo Chávez hizo lo propio ayer, quedando a un paso de una eventual ruptura diplomática. Ya oficialmente en campaña, el candidato peruano Alan García calificó de “lógica” la decisión del mandatario venezolano, en tanto su rival, y protegido de Chávez, el nacionalista Ollanta Humala, cuestionó la “intromisión” de su aliado en la campaña, aunque recalcó que fue producto de las “provocaciones” del ex presidente aprista. Mientras desde el Palacio de Miraflores todavía no dieron señales sobre cuáles serán los próximos pasos, el gobierno peruano intentó bajarle el tono al conflicto al asegurar que no se llegará a romper con el país vecino.
Al principio de la semana, Chávez y gran parte de su gabinete juraban y rejuraban que el gobierno no retiraría a su embajador de Lima. ¿Qué sucedió para que el presidente venezolano tomara la decisión a última hora del miércoles desde La Paz, en donde estaba reunido con el presidente Evo Morales, tratando el tema de la nacionalización de los hidrocarburos? La respuesta se puede encontrar en Washington, en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Allí, los embajadores de los dos países mantuvieron el miércoles una acalorada discusión, dominada por las palabras “intromisión” e “insultos”, a raíz de una denuncia presentada por el gobierno de Alejandro Toledo por “injerencias en los asuntos internos del país”. El resultado no fue bueno para Lima. Por un lado, y como se esperaba, la OEA falló por no tratar el tema, al que consideró “bilateral”, como sostenía Venezuela. Por otro lado, todo indica que la denuncia en el organismo podría haber sido el disparador para la salida del embajador venezolano, Cruz Manuel Martínez.
“Creo que eso no ha debido llegar hasta allí, porque fue una agresión gratuita que me lanzó un candidato allá y yo le respondí, tengo el derecho. Luego se inmiscuyó el gobierno peruano y llegó hasta el retiro del embajador. Nosotros retiramos a nuestro embajador”, explicó Chávez desde La Paz. Desde Perú, García estimó que “el retiro será por un tiempo prudencial”. El presidente Toledo, por otra parte, no descartó reunirse y “tomar un café” con su par venezolano durante la cumbre de la Unión Europea con América latina, la semana que viene en Viena.
El dato sorpresivo lo dio Humala ayer cuando, por primera vez, cuestionó las “intromisiones” de Chávez en la campaña electoral peruana. El candidato nacionalista, que ganó la primera vuelta y se prepara para el ballottage el próximo 4 de junio, declaró que “deplora y condena” las recientes injerencias del presidente venezolano y agregó que Chávez cometió “un error” y que “no ha debido meterse”. No obstante, recalcó que el mandatario reaccionó a las “provocaciones” de su rival, el ex presidente aprista. Lo cierto es que si García gana el ballottage, no será fácil reparar el daño producido en los últimos días.
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