La campaña presidencial mexicana entró en su etapa final en un clima de alta tensión, con el inesperado contragolpe del candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, contra su rival, Felipe Calderón, por un “cuñado incómodo”. López Obrador llegó al último mes empatado con el candidato oficialista después de que éste hubiera mirado a los demás aspirantes por encima del hombro durante tres años. López Obrador necesitaba un golpe fuerte, y lo dio.

A tres semanas de los comicios del 2 de julio, el tema principal de la contienda pasó a ser su denuncia de que el cuñado de Calderón, Diego Hildebrando Zavala, hizo negocios a la sombra del poder y evadió impuestos con su empresa de informática, Hildebrando. El ex alcalde capitalino afirma que de 2003 a 2005 aumentaron “súbitamente” los contratos públicos de la empresa, en particular en el sector energético, que estuvo a cargo de Calderón ocho meses entre 2003 y 2004, como ministro de Energía.

Calderón, que hasta ahora se veía muy sonriente en sus anuncios, le dio un ultimátum de 24 horas a López Obrador para presentar pruebas y aparece con rostro descompuesto en un spot de televisión. Ahí niega de manera rotunda el tráfico de influencias y evasión de impuestos de su cuñado y niega también haberle otorgado contratos mientras fue ministro de Energía. La denuncia de López Obrador obligó a las huestes de Calderón a una intensa contraofensiva, incluida una posible demanda por daño moral si no sustenta sus dichos.

Zavala señaló que el crecimiento de Hildebrando se debió a que un fondo de inversión internacional adquirió parte de las acciones en 2002 y le inyectó capital, y que los contratos con el sector público representan sólo 10,5 por ciento de sus ventas totales. Pero el “cuñado incómodo” de Calderón sacudió la campaña, porque México ya tuvo un “hermano incómodo” en la presidencia de Carlos Salinas (1988-1994) e “hijos incómodos” del primer matrimonio de la esposa de Vicente Fox, Marta Sahagún, en el actual gobierno.

López Obrador asegura que Zavala se benefició del ascenso político de Calderón y obtuvo contratos por 2500 millones de pesos (unos 220 millones de dólares) en los últimos cuatro años. El ex alcalde presentó un expediente a la prensa y en su página de Internet y dijo que sus colaboradores llevarían ayer a la oficina de campaña de Calderón una caja con todos los papeles necesarios para comprobar sus afirmaciones. La estrategia recuerda a 1995, cuando López Obrador, después de perder las elecciones para gobernador del estado de Tabasco, presentó en la Plaza del Zócalo de Ciudad de México 45 cajas con documentación para demostrar que su rival de entonces, el priísta Roberto Madrazo, se había excedido en los gastos de campaña. Madrazo es hoy tercero en las encuestas rumbo a las elecciones de julio, a la sombra de López Obrador y Calderón, que están enfrascados en su propia pugna y acaparan la mayor parte de las noticias de campaña.