El presidente estadounidense George W. Bush confirmó la existencia de un plan del Pentágono para retirar un número importante de militares de Irak, según lo permitan “las condiciones en el terreno”, mientras ayer una ola de ataques se cobró 56 nuevas vidas. El mandatario, durante una breve reunión con la prensa mantenida en la Casa Blanca, dijo que “esa decisión la tomarán el general George Casey, jefe de las fuerzas de ocupación, y el gobierno iraquí basándose en las condiciones en el terreno”. Por otra parte, mediante un comunicado difundido por Internet, un grupo armado vinculado con Al Qaida anunció ayer que los cuatro rehenes rusos habían sido asesinados en Irak.

Bush afirmó ayer, que durante la reunión secreta que mantuvo el viernes con Casey, el general le aseguró que cualquier decisión sobre el tema tendrá como objetivo “conseguir la victoria”. Agregó que ese objetivo debe garantizar “la existencia de un gobierno libre en condiciones de defenderse por sí mismo, de convertirse en un aliado en la guerra contra el terrorismo” y de impedir que Irak se transforme en una base de Al Qaida. Según el proyecto, el número de brigadas de combate estadounidenses en Irak bajará de 14 en la actualidad a cinco o seis para diciembre de 2007. Unos 700 soldados serían retirados en septiembre de este año.

Los dos atentados más mortíferos de ayer fueron dirigidos hacia mercados frecuentados por chiítas. El primero de ellos causó 18 muertes en Jarnabat, 70 kilómetros al norte de Bagdad, y el segundo dejó siete muertos y 56 heridos en Hilla, 100 km al sur de la capital. Además de las víctimas iraquíes, un marine estadounidense murió ayer como consecuencia de las heridas sufridas en un combate en la provincia de Al Anbar (oeste). La baja militar estadounidense se produjo después de que la Casa Blanca confirmase la existencia del plan de aquí a diciembre de 2007. Estos atentados aumentan considerablemente el saldo de muertos y heridos en acciones armadas y enfrentamientos en los últimos cuatro días en Irak, según el Ministerio de Salud de este país. Con la muerte del marine son ya al menos 2517 las víctimas fatales entre los militares estadounidenses y personal asimilado desde la invasión de Irak en marzo de 2003.

Por su parte, las autoridades rusas prometieron ayer vengar la muerte de los cuatro diplomáticos secuestrados en Bagdad, pero descartaron emprender una operación militar en Irak para liquidar al grupo terrorista responsable del asesinato.