EL MUNDO › MAS DE UN MILLON DOSCIENTOS MIL ACOMPAÑO A LOPEZ OBRADOR

El reclamo es masivo y permanente

La izquierda mexicana realizó su tercera marcha en pedido de un total escrutinio y decidió instalar 47 campamentos en la capital hasta que el Tribunal Electoral proclame al presidente.

Cada vez más personas se suman a la resistencia del líder opositor Andrés Manuel López Obrador. Más de 1,2 millón de mexicanos marcharon ayer al Zócalo, el tradicional lugar de encuentro de la izquierda, para volver a pedir un recuento voto por voto de las pasadas elecciones presidenciales. Es la tercera vez que el ex intendente del D.F. llena esta plaza desde que el Instituto Federal Electoral (IFE) proclamó ganador al oficialista Felipe Calderón por una pequeña ventaja del 0,58 por ciento. En esta nueva Asamblea Informativa –como las denominó el candidato opositor– se decidió dar un paso más en la actual campaña de resistencia cívica y se establecerán 47 campamentos en la capital hasta que el Tribunal Electoral emita su fallo y proclame un presidente de la Nación.

López Obrador rompió su propia marcha. Hace dos domingos, el líder de la centroizquierda mexicana había conseguido convocar la manifestación más grande de la historia del D.F., con cerca de 1,1 millón de personas. Ayer, y aunque no logró reunir a los dos millones que quería, el candidato opositor superó su record y volvió a convocar a la “mayor marcha de la historia” de la ciudad. Como sucedió dos semanas atrás, miles de simpatizantes llegaron de todas partes del país a la capital, donde marcharon junto con el candidato progresista por las calles del D.F. hasta llegar al Zócalo. Miles y miles de personas, con camisetas, banderitas y globos amarillos, caminaron junto a López Obrador con carteles que decían “voto por voto, casilla por casilla” y “no al pinche fraude”.

Desde que comenzó con su campaña para “defender el voto”, López Obrador había prometido ir sometiendo sus decisiones a una serie de Asambleas Informativas que se realizarían los domingos en el Zócalo. Ayer, el líder de la centroizquierda propuso volver permanentes a estas manifestaciones. “Propongo que nos quedemos aquí en asamblea permanente, hasta que resuelva el Tribunal, que permanezcamos día y noche hasta que se cuenten los votos y tengamos un presidente electo, con la legalidad mínima que nos merecemos los mexicanos”, dijo el candidato a la multitud que ocupaba todos los rincones de la tradicional plaza.

Antes de votar la propuesta, López Obrador explicó que los 47 campamentos se establecerían en el Zócalo y en algunas de las principales calles de la ciudad. Además, estarán coordinados por representantes de los partidos que componen la coalición progresista Por el Bien de Todos, y por los diputados y senadores elegidos. También fueron invitados los intelectuales y artistas –que ya habían ganado protagonismo en las primeras acciones de la resistencia cívica– para sumarse a los campamentos con talleres u obras teatrales.

Mientras miles marchaban por las calles del D.F., el virtual ganador de las elecciones del 2 de julio pasado, Felipe Calderón, se reunía con las máximas autoridades del Tribunal Electoral. El objetivo era presentar sus argumentos a favor de la validación de las elecciones para evitar el recuento que tanto pide la oposición. Luego de esa reunión y ya de vuelta en la sede de su partido, Acción Nacional (PAN), Calderón reiteró que las diferencias no se resuelven con movilizaciones, sino en las urnas. Mientras continúa con un ojo puesto en la evolución de las discusiones del Tribunal Electoral, el panismo se preparaba ayer para iniciar mañana su propia campaña mediática. Todavía no dieron ningún detalle sobre esta nueva campaña nacional “con alto impacto mediático”, sin embargo, desde el oficialismo aseguraron que el objetivo será contrarrestar el avance en las calles de los seguidores de López Obrador.

Aunque la coalición progresista ya presentó su recurso judicial al Tribunal (ver recuadro), sus dirigentes continúan difundiendo nuevas pruebas que demostrarían que hubo un fraude electoral. El Partido de la Revolución Democrática (PRD), de López Obrador, denunció ayer la quema de decenas de boletas electorales en un municipio del estado de Guerrero. El dirigente del PRD de ese estado, Sebastián de la Rosa Peláez, aseguró que funcionarios del Octavo Distrito Electoral, con sede en el municipio de Ayutla, fueron sorprendidos en un basurero cuando incineraban los documentos, que supuestamente deberían estar resguardados por el ejército. “Es una prueba más de que se intenta ajustar los resultados de los comicios del 2 de julio que dieron como ganador al derechista Felipe Calderón”, aseguró el perredista.

La multitudinaria movilización de ayer vuelve a confirmar que la resistencia no ha decaído en México, por el contrario, cada vez es más fuerte. De la mano de este fortalecimiento, López Obrador ha decidido subir la apuesta y dejar a su gente en las calles hasta que el Tribunal tome una decisión. Sólo queda un mes hasta que se venza el plazo y los dos candidatos ya se preparan para dejar todo en la cancha.

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López Obrador batió su record anterior, siendo la de ayer la mayor marcha de la historia de la ciudad.
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