Lunes, 31 de julio de 2006 | Hoy
La Asamblea Constituyente, a poco de instalarse, ya tiene presidenta indígena y reglamento oficialista.
Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz
La indígena quechua Silvia Lazarte será la presidenta de la Asamblea Constituyente, tras haber recibido la bendición de Evo Morales y el apoyo de las organizaciones campesinas que constituyen el núcleo duro del partido de gobierno. Pero ésta no fue la única resolución de los representantes del Movimiento al Socialismo (MAS) y el presidente Morales: tras su fracaso para lograr los dos tercios de las bancas de la Asamblea Constituyente, una reunión ampliada del MAS decidió este viernes impulsar un reglamento por el cual las decisiones de la convención se tomen por mayoría simple y no con mayoría especial, como establece la ley de convocatoria a la Constituyente; los dos tercios serían reservados sólo para la aprobación del texto constitucional final, que será sometido a referéndum. También avanzó la idea de impulsar una Constituyente soberana y originaria, es decir, por encima de los poderes constituidos.
La necesidad de los dos tercios –para aprobar cualquier propuesta– surgió del acuerdo entre regiones y fuerzas políticas que habilitó la convocatoria a la Constituyente a iniciativa de los grupos conservadores, que lo visualizaban como un candado a los cambios “radicales” y “revanchistas” impulsados por la izquierda indígena. Pero, al igual que con las autonomías regionales –Evo Morales llamó a votar “No a las autonomías de la burguesía”–, el gobierno se fue apartando de ese pacto inicial, con la consiguiente amenaza de crispación política y regional. El MAS cuenta con mayoría absoluta –135 de los 255 constituyentes, a lo que suma más de una decena de aliados y “palos blancos” elegidos con otras siglas–, pero no llega a los 170 que se necesita para controlar las dos terceras partes de los asientos.
La oposición de derecha encabezada por Jorge “Tuto” Quiroga rechazó de inmediato la iniciativa oficialista, a la que consideró “hegemonista”. “(Los dos tercios) deben ser el principio que prime, nosotros estamos yendo con voluntad de buscar consensos”, declaró el ex presidente, cuyo partido –Podemos– cosechó sólo el 15 por ciento de los votos y 60 representantes en las elecciones del 2 de julio pasado.
A una semana de la instalación de la Asamblea, el oficialismo busca alinear posiciones. Entre las resoluciones de la reunión plenaria del jueves y viernes primó la idea de que la Asamblea sea originaria y no derivada, como establece la ley de convocatoria. “Asamblea Constituyente significa implícitamente poder soberano y absoluto, por eso las limitaciones a este poder refundacional son una contradicción”, dijo el asambleísta Raúl Prada Alcoreza. El también constituyente masista y dirigente campesino Román Loayza se escudó en el supuesto apoyo de Evo Morales para señalar que “la Constituyente puede cerrar el Parlamento si éste intenta obstaculizar su trabajo”. Algo paradójico, considerando que el MAS cuenta con la mayoría de las bancas en el actual Congreso. Sin embargo, su colega y ex rector de la Universidad Mayor de San Andrés, Roberto Aguilar, dijo que “los asambleístas guardarán respeto a la actividad de los parlamentarios” y un sector del MAS se había pronunciado por el “respeto de los poderes constituidos”.
“Fujimorazo, no gracias. Cerrar el Congreso es atentar contra la democracia y contra el presidente Evo Morales”, declaró el vocero de los constituyentes de Podemos, José Antonio Aruquipa. La elección de Silvia Lazarte como presidenta –lo cual deberá ser ratificado por el plenario del cuerpo– dejó una herida en un sector de la “clase media intelectual”, como la denominan en el MAS, que apoyaba al estudioso y activista en temas agrarios Carlos Romero, residente desde hace años en Santa Cruz. La dirigente indígena nació el 10 de enero de 1964 en el valle de Karasa (Cochabamba) y también reside en Santa Cruz, un tercer atributo en un contexto de enfrentamientos y susceptibilidades con esta región autonomista. Antes se fogueó como dirigente cocalera en la región cocalera del Chapare, cuna de la carrera sindical y política de Evo Morales.
“Se ha impuesto la mujer por muchas razones. Los sectores sociales dijeron que una hermana indígena debe conducir la Asamblea. El resultado de esta consulta lo evaluamos con los movimientos sociales y direcciones departamentales”, declaró Morales, impulsor de la propuesta de que sea alguien “doblemente excluida” la responsable de dirigir los destinos de las reuniones que deberán dar a luz a una nueva constitución política del Estado.
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