EL MUNDO
Las amenazas, los atentados, sus respuestas y sus planes extraños
Luego del secuestro de 50 toneladas de armas y de un atentado de Hamas, Israel rompió relaciones con los palestinos y arrasó con un barrio en Rafah. En medio de todo esto, un plan de paz.
Si Israel y la Autoridad Palestina habían comenzado el año con algún tipo de calma que habilitaba a pensar en algún tipo de negociación, ayer fue el momento en que todo acabó. El gobierno israelí decidió romper toda relación con la Autoridad Palestina hasta que no aclare qué pasó con las 50 toneladas de armas que, según Israel, iban a entrar a la costa palestina de Gaza en un barco secuestrado la semana pasada. Además, el ejército israelí entró con tanques y topadoras en el aeropuerto palestino de Rafah (franja de Gaza), y en esa ciudad también destrozó unas 50 casas, aduciendo que allí hay túneles por donde contrabandea armas la organización islámica Hamas, que anteayer mató a cuatro soldados israelíes, rompiendo su tregua. Y ayer, Jihad Islámica siguió los pasos de Hamas y también rompió su tregua anunciando nuevos ataques contra Israel. Entretanto, según el diario Haaretz, el ministro de Defensa israelí, Benjamin Ben Eliezer, presentará en Estados Unidos un curioso plan de paz para la región.
La curiosidad del supuesto plan de Ben Eliezer deriva no sólo de su escasa correspondencia con el clima actual, sino también de que sea él quien lo enuncie. Flamante líder del Partido Laborista, perteneciente al ala dura que está más cerca del premier derechista Ariel Sharon, que del canciller laborista Shimon Peres, Ben Eliezer estaría preparando un plan de paz por fuera de la palabra de Sharon. Este plan incluye el retiro de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados desde el inicio de la intifada e incluso el desmantelamiento de algunos asentamientos judíos en territorio de la Autoridad Palestina. Según señala el periodista Aluf Benn, esto apuntaría a cumplir con las etapas del Plan Tenet y el Plan Mitchell, ambos norteamericanos, para que en esos territorios establezca un Estado palestino, y el ministro de Defensa pretende negociarlo con los jefes del Servicio Preventivo de Seguridad en Gaza y en Cisjordania, Mohamed Dahlán y Jibril Rayub. Es más: Ben Eliezer pretende llevar esto como plataforma del laborismo para elecciones adelantadas que podrían tener lugar en noviembre próximo.
Esta información no ha sido confirmada. Lo que está confirmado, mientras tanto, es que Medio Oriente recomenzará su ciclo de violencia, el que comenzó el 28 de setiembre de 1999. El arrasamiento de unas 30 viviendas, donde vivían 700 personas, en Rafah fue justificada por un portavoz militar israelí: “los edificios escondían túneles” para hacer contrabando de armas en la frontera con Egipto. El líder de la oposición israelí, el diputado de izquierda Yossi Sarid, dijo que “responder un ataque contra soldados destruyendo casas de refugiados palestinos no se justifica”. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) también denunció la destrucción de las casas.
Por detrás del reinicio de las operaciones de Hamas y del anuncio de Jihad Islámica sigue rondando el espectro de las 50 toneladas de armas que Israel dice que eran contrabandeadas por la Autoridad Palestina. Ayer, el líder palestino Yasser Arafat dijo que este incidente “es usado por Sharon como excusa para no sentarse a negociar”, mientras el premier israelí primero anunciaba la suspensión de una reunión prevista de seguridad, y después directamente afirmaba que no se podía sostener relación alguna con Arafat hasta que aclare el hecho y, además, detenga a los responsables del asesinato del ministro de Turismo israelí, Rehavam Zeevi, el año pasado.
Pero el tema del barco “Karine-A” sigue generando tensiones dentro del gobierno norteamericano, más precisamente en la interna entre el secretario de Estado Colin Powell y el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld. Powell había dicho que había que esperar para pronunciarse y anteayer Rumsfeld se pronunció, a favor de Israel. Ayer, mientras el New York Times citaba a un funcionario del Departamento de Estado diciendo que ya no quedaban dudas sobre la responsabilidad de Arafat en el asunto, Powell decía a través de su portavoz, Richard Boucher, que efectivamente la Autoridad Palestina estaba detrás del contrabando. Pero, a renglón seguido, Boucher dijo que el mismo titular de la Autoridad, Yasser Arafat, no estaba enterado del asunto.