Lunes, 14 de agosto de 2006 | Hoy
EL MUNDO › ESTA MAÑANA COMIENZA EL ALTO A LAS HOSTILIDADES ENTRE HEZBOLA E ISRAEL
En la cuenta regresiva al armisticio estipulado por el Consejo de la ONU, Israel y la guerrilla chiíta intensificaron sus ataques. Murieron decenas de civiles libaneses y cinco soldados israelíes. Hezbolá intentaba evitar el avance israelí en el sur libanés. Tel Aviv aprobó la resolución de Naciones Unidas y se reservó el derecho a la autodefensa.
A horas de que comience a regir el alto al fuego aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU el viernes pasado, Israel y Hezbolá continuaron intercambiando misiles y causando más muertos y heridos. Tel Aviv avanzó aún más en su ofensiva terrestre en el sur libanés. Para el vocero de la Cancillería israelí, Mark Regev, tiene como objetivo “facilitarle el trabajo” al ejército libanés y a la misión de paz internacional, cuando se desplieguen en la zona. Pero el plan israelí –de controlar la mayor parte de esa región antes de que comience el cese de hostilidades– chocó con una inesperada y poderosa resistencia de Hezbolá. Según datos oficiales, el sábado murieron al menos 24 soldados israelíes y otros 85 resultaron heridos en combates cuerpo a cuerpo con la milicia chiíta. Ayer, otros cinco soldados israelíes murieron y más de 20 resultaron heridos, mientras que todavía no se ha anunciado cuántos militares viajaban en el helicóptero israelí que fue derribado el sábado por Hezbolá.
“Mañana a las ocho, Israel detendrá su ofensiva, pero conservará su derecho a la autodefensa”, declaró el jefe de Estado Mayor, el general Dan Halutz. Esta declaración llegó horas después de que el gabinete del premier israelí Ehud Olmert aprobara la resolución de la ONU para un cese de las hostilidades en Líbano (ver aparte), terminando así con la última formalidad antes de hacer efectivo el alto al fuego. Sin embargo, Tel Aviv decidió continuar con la mayor ofensiva terrestre de este conflicto. Al menos 29 civiles y dos militares fallecieron y otras 60 personas resultaron heridas ayer a causa de los bombardeos israelíes, que estuvieron golpeando la zona aledaña de la ciudad de Tiro, la región costera del río Letani y el sur de Beirut. Decenas de miles de soldados israelíes, apoyados por la aviación y la artillería, seguían penetrando en el sur de Líbano con el objetivo ya declarado de avanzar hacia el río Litani para alejar a Hezbolá de la zona fronteriza. El Litani corre de este a oeste, a una distancia que varía entre 5 y 30 kilómetros de la frontera israelí-libanesa, antes de desembocar en el Mediterráneo, al norte de la ciudad de Tiro.
La aviación israelí también intensificó sus ataques en todo el territorio libanés, sobre todo en el sur, en Tiro y Saida, así como en Baalbeck –al este– y en el norte. El sur de Beirut fue, otra vez, uno de los objetivos principales. Dos olas de bombardeos, separadas sólo por un par de horas, dejaron a casi 20 personas muertas y otro tanto de heridos. Después de los ataques, las autoridades condujeron un operativo de rescate para sacar a alrededor de 60 personas bajo los escombros. En el sur de Líbano, los combates se concentraron en el frente norte en torno de Ghanduriyé, una colina estratégica que domina el Litani, a 22 kilómetros al este de Tiro, así como alrededor de Yater, otra colina situada apenas a seis kilómetros al norte de la frontera. Los israelíes habían tomado control de Ghanduriyé el sábado, pero ayer no parecían haber avanzado y los combates continuaban en los alrededores.
Hezbolá también aprovechó el último día antes del cese de fuego forzoso y lanzó más de 250 cohetes Katyusha al norte de Israel. La mayor parte cayeron en la región de Galilea. El resto impactó sobre la golpeada ciudad portuaria de Haifa. Las imágenes televisivas mostraban ayer grandes columnas de humo, aunque no se registraron víctimas ni importantes daños materiales. Por el contrario, en la localidad de Shlomi de la Galilea occidental, un anciano murió cuando un cohete de Hezbolá cayó sobre su casa. En ese ataque, otras nueve personas resultaron heridas. Además, el ejército israelí anunció ayer que logró desbaratar un supuesto ataque de gran envergadura, que venía planeando la milicia chiíta.
A medida que se acerca la hora para imponer el alto al fuego, Israel parece ablandar algunas de sus posiciones más extremas. Ayer, por primera vez, un funcionario de Tel Aviv habló de la posibilidad de sentarse a negociar para conseguir la liberación de los dos soldados israelíes, que el 12 de julio pasado fueron secuestrados por Hezbolá después de enfrentarse con las fuerzas israelíes en la frontera. “El gobierno israelí no tiene ninguna intención de olvidar este asunto. Por eso, el primer ministro designará a una persona que se encargará de este caso”, declaró la canciller Tzipi Livni.
Mientras la ofensiva militar continúa, de ambos lados, la misión de paz de la ONU ya comienza a tomar forma. La oficina del primer ministro libanés Fuad Siniora indicó que España, Indonesia, Italia, Malasia, Marruecos y Turquía se ofrecieron para enviar soldados, en tanto “todos los partidos libaneses acepten su participación”. Beirut intentará ayudar a apurar la organización de la misión internacional, ya que Israel volvió a afirmar ayer que no retirará sus tropas hasta que un contingente del ejército libanés y otro de una fuerza internacional pueda reemplazarlas.
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