Jueves, 19 de octubre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › INTENTAN SEDUCIR A LA MITAD DEL ELECTORADO QUE VOTO POR OTROS
La elección ecuatoriana está lejos de definirse. Los candidatos se movieron ayer en distintos sentidos: el de derecha fue a repartir regalos y promesas a los barrios pobres, el de la izquierda criticó a Bielsa y prometió detallar su programa.
Aun cuando los cómputos finales de la primera vuelta no se terminaron de contar, largó en Ecuador la campaña para el ballottage. Las denuncias de fraude siguen circulando y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) continúa difundiendo las cifras parciales, que ayer ya alcanzaban casi al 80 por ciento. Sin embargo, para los medios y los propios candidatos lo que importa ahora es el ballottage. El multimillonario Alvaro Noboa lideró un acto en una zona pobre de Guayaquil. Cumpliendo con la misma rutina que marcó toda la primera parte de su campaña, repartió sillas y otros regalos a sus simpatizantes. Por su parte, el izquierdista Rafael Correa aprovechó para hablar con la prensa y presentar su nueva estrategia para la segunda vuelta. “Esta va a ser una campaña con mucha contraposición: él dice eso, nosotros decimos esto”, explicó en una entrevista a la agencia de noticias española Efe.
Las últimas cifras que difundió ayer el TSE le daban una ventaja de poco más del tres por ciento al magnate bananero. Con 26,3 por ciento de los votos y con un 23,1 por ciento, Noboa y Correa se aseguraban su paso a la segunda vuelta, que se realizará el 26 de noviembre próximo. Indiferente a los cuestionamientos del proceso electoral, el multimillonario inauguró oficialmente ayer la segunda etapa de la campaña. El lugar elegido fue la Isla Trinitaria, uno de los sectores más pobres del centro económico del país, la ciudad portuaria de Guayaquil. El candidato del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian) continuó la repartija y la aderezó con promesas –a veces un poco exageradas– de mejoras en la salud, el microcrédito y la construcción de viviendas. Ayer se limitó a regalar una sola silla de ruedas a una anciana, que se encontraba en el público. Sin embargo, el verdadero toque de emoción fue cuando la cargó y la llevó hasta la silla.
En cambio, Correa se dedicó ayer a su posicionamiento en los medios de comunicación. En la entrevista de Efe, explicó por qué cuestionó al jefe de la misión de observadores de la OEA, Rafael Bielsa. Dijo que el propio Bielsa había firmado un documento crítico sobre el proceso electoral días antes de la elección, pero después había avalado los comicios. “Como es de conocimiento público, las pruebas y simulacros realizados hasta la fecha no han cumplido los estándares mínimos requeridos en todo proceso electoral”, leyó Correa del informe de la OEA firmado por Bielsa. “Con esto, ¿cómo se puede decir que no hubo fraude?”, preguntó el joven economista.
Pero el candidato de izquierda no quiso centrarse en este tema, sino que lo utilizó para lanzar su nuevo discurso de campaña. “Aquí el engaño es lo cotidiano, este señor Noboa ofrece 300 mil viviendas anuales, que a cinco personas por vivienda son millón y medio de personas. Es como construir un nuevo Quito cada año, es absolutamente imposible. Nos está engañando a todos y, si gana, hay que aguantarlo cuatro años porque ganó”, cuestionó el ex ministro de Economía del actual presidente Alfredo Palacio.
Por primera vez, el candidato del movimiento Alianza País hizo una autocrítica sobre la primera vuelta, en la que obtuvo un apoyo bastante menor al esperado. Según Correa, antes de la votación sólo se habían limitado a presentar las ideas generales de lo que harían. “Ahora explicaremos propuestas concretas, tal vez ejemplificando algunos proyectos concretos que pueda entender la gente”, afirmó.
Pero los actos y los discursos mediáticos son sólo una parte de esta segunda etapa de la campaña. La otra, y muy importante también, será las de las alianzas, públicas o tácitas, que cada uno logre construir con los partidos políticos tradicionales, que ellos tanto criticaron durante estos últimos meses.
Ayer Correa recibió una buena noticia. El partido Izquierda Democrática (ID) del ex presidente Rodrigo Borja anunció su apoyo al izquierdista. Sin embargo, nada es tan simple en la política ecuatoriana. El candidato presidencial que había presentado la ID en la primera vuelta y que sacó más del 15 por ciento de los votos, León Roldós, es un hombre externo al partido y ya afirmó que no le dará su apoyo al candidato izquierdista. Pero los problemas de Correa exceden la renuencia de Roldós. Según los analistas, la convocatoria de Correa a una Constituyente con plenos poderes y sin limitaciones creó miedo en gran parte de los sectores moderados de la sociedad ecuatoriana. Muchos de ellos conforman el 50 por ciento de los ecuatorianos que no votaron ni por Correa ni por Noboa. Ellos tienen la palabra.
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