EL MUNDO › OBTENIA TREINTA PUNTOS POR ENCIMA DE SU RIVAL DE DERECHA

Rafael Correa arrasa en Ecuador

Con cerca del 60 por ciento de los votos escrutados, el líder de la izquierda se imponía rotundamente con el 64,8 por ciento frente al 35 por ciento de Alvaro Noboa. Este siguió demandando un recuento voto por voto. Se espera el anuncio oficial para hoy o mañana.

 Por María Laura Carpineta

Ganó y arrasó. Rafael Correa volvió a sorprender ayer al ampliar la diferencia con respecto a su rival, el millonario Alvaro Noboa, a 30 puntos porcentuales. Por eso dejó la cautela que había marcado sus primeros discursos y se animó a pedirle a su contrincante que “acepte la realidad”. “Es una victoria histórica, el éxito es contundente”, afirmó el economista de 43 años, que le restó importancia a las denuncias de Noboa, quien continúa demandando un recuento voto a voto. Sin embargo, nadie en Quito cree que el magnate bananero tenga posibilidades reales de jaquear el proceso electoral, como sucedió en México en las últimas elecciones presidenciales. Con cerca del 60 por ciento de los votos escrutados, Correa se imponía con el 64,8 por ciento frente al 35 por ciento de Noboa.

Para bien o para mal, la región comenzó ayer a reconocer el triunfo de Correa. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el primer mandatario, del denominado eje progresista, en llamar al joven economista para felicitarlo y desearle suerte para los próximos cuatro años.

Diferente fue la reacción del gobierno peruano. La ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, se mostró preocupada por la “postura más radical” que tomará de ahora en más Ecuador a la hora de negociar acuerdos comerciales en el seno de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) –bloque que además comparte con Bolivia y Colombia–. Para Aráoz, con la asunción de Correa la CAN podría terminar de quebrarse en dos, los dos socios más cercanos a Washington –Bogotá y Lima– y los dos más afines al proyecto bolivariano del presidente venezolano, Hugo Chávez –La Paz y, ahora, Quito–. Estados Unidos, en tanto, repitió su tradicional discurso. Dijo que está listo para trabajar con el próximo gobierno ecuatoriano; eso sí, la relación dependerá de que las políticas coincidan con los objetivos de la Casa Blanca.

La contundencia de la victoria de Alianza País ya permite empezar a pensar cómo será el próximo gobierno ecuatoriano. A pesar del abrumador apoyo que obtuvo en las urnas, Correa tendrá un gran problema: no tiene ni un diputado propio o aliado en el Congreso. La decisión de no legitimar al Parlamento presentando candidatos a diputados va a tener un costo altísimo en los próximos cuatro años. Para el analista de Flacso, Felipe Burbano, el país se va a enfrentar a un escenario muy complicado, donde la puja de poder entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo podría provocar una impasse en la dirección del país. “Va a ser una pugna mucho más aguda y complicada que las que tumbaron a los gobiernos anteriores. Esta vez el presidente no tiene ningún respaldo en el Congreso y, por eso, se verá sometido a chantajes y presiones. La oposición le bloqueará cualquier iniciativa parlamentaria”, explicó a Página/12 el analista ecuatoriano.

El problema, destacó Burbano, es la intransigencia que parece mostrar Correa con respecto a la convocatoria de una Asamblea Constituyente de plenos poderes. Ayer, el futuro mandatario adelantó que una de sus primeras medidas será llamar a una consulta popular para definir este tema. La estrategia del economista es lograr un apoyo popular contundente que le permita presionar a los parlamentarios. Sin embargo, para Burbano es poco probable que los diputados, presionados o no, acepten convocar a una Asamblea que les podría quitar sus bancas y rediseñar toda la institución. Además, recordó el analista, los partidos mayoritarios en el Congreso –el Prian de Noboa, por ejemplo– no comulgan con las propuestas de Correa, por lo que la posibilidad de forjar alianzas es muy difícil.

Burbano no es el único con una mirada escéptica de los próximos años. “El país puede llegar otra vez a la situación de quién tumba a quién”, coincidió el analista Vladimiro Alvarez. Y así se puede nombrar a varios académicos e intelectuales. Correa hizo una apuesta muy grande cuando decidió no contar con un apoyo propio en el Legislativo –la institución que en la última década derribó a más de un presidente–. El Ejecutivo ecuatoriano no tiene la prerrogativa de emitir decretos, por lo que Correa se está jugando todas sus cartas a aprobar sus cambios en una Constituyente.

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“Es una victoria histórica, el éxito es contundente”, afirmó el virtual presidente Correa.
 
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