ECONOMíA › ECONOMIA POSTERGO LAS NUEVAS MEDIDAS SOBRE LA EXPORTACION

El paro ganadero es más que amenaza

Carbap, que reúne a productores de Buenos Aires y La Pampa, está dispuesta a avanzar con medidas de fuerza aunque CRA no acompañe. El Gobierno recién tomaría medidas después del jueves.

 Por Fernando Krakowiak

Las entidades del campo se manifestaron ayer en contra de la nueva restricción a las exportaciones de carne que está evaluando el Gobierno y volvieron a amenazar con un paro agropecuario. La ministra de Economía, Felisa Miceli, y el secretario de Agricultura, Miguel Campos, se reunieron para evaluar cuál será el nuevo cupo. Sin embargo, fuentes de Economía aseguraron que recién el jueves, cuando venzan las resoluciones que flexibilizaron las exportaciones, habrá novedades. El objetivo es que las ventas al exterior no superen durante el verano las 45 mil toneladas mensuales, para lo cual se incluirían dentro de la restricción del 50 por ciento vigente las vacas de conserva y los cuartos traseros de los novillos de más de 460 kilos, que desde julio se exportan libremente. Mientras tanto, en Liniers el ingreso de cabezas cayó de 3500 a 2300 con relación al lunes pasado, porque los productores prefieren vender en forma directa o en remates de feria para sortear los precios de referencia.

Pedro Apaolaza, titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), aseguró ayer que “las medidas de fuerza son inevitables”, porque “el Gobierno no tiene idea de lo que está haciendo”. La entidad propuso un paro en la reunión de presidentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) que se realizó el miércoles pasado, pero allí se decidió solicitar una audiencia con el presidente Néstor Kirchner antes de tomar una decisión. Mañana habrá otra reunión en CRA y Carbap amenazó con convocar a un paro por sí sola en su reunión de mesa directiva del jueves si CRA no toma una decisión sobre el tema.

Por su parte, Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural, prefirió ser más cauto al señalar que “insistiremos ante las autoridades en que se analice bien este tema (de la restricción a las exportaciones) y se reconozca el esfuerzo que ha hecho el sector este año”, pero aclaró que si no obtienen resultados “el malestar se va a empezar a exteriorizar de alguna manera”.

Los dirigentes rurales afirman que fueron los principales perjudicados luego del cierre de las exportaciones decidido en marzo porque sólo una parte de la caída de precios evidenciada en Liniers se trasladó a las carnicerías. “El resto lo absorbieron los frigoríficos y los matarifes, quienes ampliaron sus ganancias a costa nuestra”, aseguró ayer a Página/12 una fuente del campo. El Gobierno reconoció la situación ante las entidades, pero apenas el precio comenzó a recuperarse, debido a la escasez de ganado, se establecieron “precios de referencia” en Liniers, a lo que se sumarían las nuevas restricciones para exportar.

Una reducción en el cupo de exportaciones de carne garantizaría la estabilidad de precios en el mercado interno, pero si es acotada en el tiempo, tal como se está evaluando, podría beneficiar nuevamente a los frigoríficos. Eso fue lo que ocurrió luego del cierre decidido en marzo, pues la industria compró carne cuando los precios se derrumbaron, acumuló stock en sus recámaras y apenas comenzó la flexibilización vendió a precios record en el mercado internacional.

De confirmarse las nuevas limitaciones para exportar, sería el primer retroceso en el cronograma de flexibilización que se inició en junio, cuando se derogó parcialmente la suspensión, estableciendo un cupo equivalente al 40 por ciento de las ventas realizadas durante 2005. El 3 de julio se había decidido una mayor apertura al liberalizar las ventas externas de vacas de conserva y cuartos traseros de novillos de más de 460 kilos. El 29 de septiembre el cupo se amplió más aún cuando el 40 por ciento inicial se elevó a un 50 por ciento, que, sumado a los cortes que se venían exportando libremente, redondeó un porcentaje superior al 70 por ciento de lo exportado el año pasado. Sin embargo, la reciente suba de precios experimentada en el mercado mayorista está por llevar al Gobierno a transitar el camino inverso.

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El precio de la carne sigue en medio de un tironeo.
 
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